Con cada gemido que te arranco
espero borrar la delgada línea
de la frontera subatómica
que demarca mi piel de la tuya.
A veces es impalpable,
porque te siento en todas partes,
te leo en todo lo que escribo,
te huelo en lo que cocino,
te pienso en los rincones.
Otras veces
insoportable,
cuando la distancia
entre nuestros átomos es tan
grande
que es necesario escribirla con notación científica.
Con cada gemido que te arranco
espero que te vuelvas
un poco más mía,
menos lejana,
más posible,
menos ausente,
porque con cada gemido que me arrancas
se me desgarra
de a poco
la poca vida que me queda.
Photo by: Richard P J Lambert ©