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paola maita
Photo Credits: Internauten Basis

Gallina, no cochino

Me cuesta recordar la última navidad que me gustó. No es porque haya tenido algún trauma en diciembre ni nada por el estilo, sino que un día me di cuenta que me desagradaban la decoración, la música o esa sensación de paz y alegría que me parece tan artificial como la mayoría de los pinos que hay en las salas. A pesar de ello, a estas alturas he comenzado a pensar en ella.

Ya sé que podría parecer muy pronto para hablar de esto. Supongo que ya tengo la manía de la gente mayor de decir que el año se pasó volando o de preguntarme a dónde se ha ido el tiempo. Y sí, quizás sea parte del envejecer el comenzar a anticiparse, pero pensar en la navidad de este año no viene motivado por estas manías, o al menos no del todo, sino por una frase que dijo alguien de mi familia: “Este año mataremos a una gallina en vez de un cochino”.

A simple vista, podría parecer que deriva por la crisis en Venezuela, pero hay más en el trasfondo de esta historia. La verdad es que cada día nos vamos sintiendo más solos. No es que la soledad sea mala, a veces es bien recibida, pero cuando es impuesta por un tiempo indeterminado, es difícil tener una buena relación con ella. El país se queda solo, también los que siguen adentro y los que nos hemos ido. No sé si y cómo podamos hacernos compañía. Las ciudades se vacían, el campo se llena de maleza, los edificios del silbido del viento… Mientras que los que estamos del otro lado, a veces lloramos en medio de una ducha caliente para poder engañarnos y decir que es el espejo el que está empañado y no nuestros ojos.

Aunque el venezolano tuviera el cochino, lo cual es mucho decir, no sería necesario matarlo porque cada día son menos los que están juntos.

Sé que no es algo nuevo, ni que sea una conclusión muy original. Basta ver las noticias para poder deducirlo. Lo que pasa es que cuando me lo ponen en un contexto tan gráfico y cercano, la realidad se me hace más difícil de digerir, sin importar si es gallina o cochino.


Photo Credits: Marketa ©

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