La serie representa al conejo en esta carrera de galgos. El galgo, nosotros, pasivos y apuntando a un blanco manufacturado y variable. En la serie, el cuerpo deshumanizado, voluptuoso y sexual, con piel suave y sombras que resaltan lo obvio y cubren lo buscado se presenta un producto.
La fotografía, lejos de generar deseos sexuales, representa una estructura, una vida y experiencias de un cuerpo que pudo alcanzar al conejo y se dio cuenta de que el premio nunca tuvo gusto a nada.
Nos están enseñando a permanecer pequeños en un mundo de grandezas simuladas.