一
“Alba acarició mis ojos. Los abrí para ver a través de la ventana las líneas rectas y duros vértices de un edificio de concreto y vidrio. Era un paralelepípedo superpuesto al fondo cóncavo del cielo blancuzco. Pero pronto apareció Aurora con sus rubores rosa y naranja. Las nubes se colorearon y el cielo se tornó celeste pastel. Aurora se miraba al espejo en la fachada de vidrio del edificio y suavizó los ángulos y líneas rectas. Caí en cuenta de que había despertado en São Paulo. Se me iluminó la vista. Mirando hacia abajo, vi a las primeras personas caminando por la avenida Faria Lima hacia sus trabajos en la suave luz de la mañana paulistana. Di gracias a Alba y Aurora e inicié mi día desayunando con papaya, sandía, misto quente y café. En el comedor me encontré con Teresa de Oporto y Javier y José Luis de Barcelona. Han venido al mismo congreso de filosofía que yo. Tertuliamos. Ahora salgo a recorrer mi antiguo barrio, Pinheiros, en el que viví hace años y dejé un gran trozo de corazón”. —Bitácora de viaje: 9 de mayo, 2018.
二
“He recorrido las calles comerciales y residenciales de Pinheiros; desayunado con papaya y sandía frescas cada día; almorzado en un restaurante acogedor con Caro, la Yorugüa, después de once años sin vernos; reencontrado amigos y amigas de España, Portugal, México, Argentina y todo el Brasil; filosofado en la conferencia en la Universidad de São Paulo; y bailado forró en el barzinho Ó do Borogodó. He hecho nuevos amigos y amigas. Ha brillado el sol cada día. Estas han sido mis pequeñas y grandes alegrías en las últimas cuarenta y ocho horas en São Paulo, ciudad querida”. ——Bitácora de viaje: 11 de mayo, 2018.
Photo by: Diego Torres Silvestre ©