El tropel de pasos tras bastidores, las charlas triviales en los camerinos, el olor a base y sombra de ojos, las luchas con los cierres de los vestuarios, las risas nerviosas antes de salir a escena, el brillo cegador de las luces sobre tu rostro y las tablas bajo tus pies, y los aplausos, los aplausos que hacen que todo valga la pena. Tuve la oportunidad de vivir eso después de 3 años fuera del mundo teatral, mi renacer en las tablas de Valencia fue breve pero emocionante. Tuve la oportunidad de participar en ‘Frágiles’, una producción de danza de la academia Rodarly Gym, ubicada en San Diego (Edo. Carabobo) dirigida por Jennifer Reyes y Lizbeth Alvarado, la cual se encargó de los aspectos actorales de la pieza, un collage de emociones intensas, desgarradoras y conmovedoras que dejan al espectador pensando en lo frágil que es el corazón humano, en la brevedad de nuestras vidas y en lo fugaces que son los momentos y oportunidades si no se aprovechan como se debe. La obra, protagonizada por la primera actriz y bailarina Jennifer Renia junto a Javier Correia, muestra como sus personajes luchan contra sus sentimientos ante la pérdida de su hija Alma, la cual es secuestrada en un viaje familiar al circo. Ahí es donde mi personaje sale a escena, ya sea por obra del destino o por mágica coincidencia, interpreté a uno de los payasos del circo, uno de los pocos y selectos papeles netamente actorales de la pieza, así que la frase de ‘no quiero payasadas sobre las tablas’ no aplicaba a mi persona cuando la directora hacía las correcciones de la escena.
Al ritmo del hip-hop, el ballet, la danza contemporánea, el blues y el tecno; ‘Frágiles’ nos lleva en un viaje por la vida de esta familia, a través de un parque, una boda, un circo, un hospital psiquiátrico y una calle llena de indigentes, prometiendo ser intensidad en movimiento desde el comienzo hasta el fin.
Luego de dos días de función, puedo decir primeramente que me alegra estar de vuelta en escena, que me llena de orgullo el haber tenido mi debut en el teatro Municipal con esta maravillosa agrupación y que podemos decir que tuvimos casa llena ambos días de puesta en escena, todo un éxito; pero eso es solo lo que se muestra sobre las tablas… ¿Qué yace detrás de bastidores?
Entre actores y bailarines partimos de la premisa de que ‘lo mas importante es el compañero’, somos una familia, nos cuidamos de que las escenas salgan bien, de que no se rompa el vestuario, de que cada uno salga del lado correcto del escenario, prestamos utilería y ayudamos a maquillar al que tiene que montarse en las tablas en menos de 5 minutos. Esta es nuestra cotidianidad, es el pan de cada día de las artes escénicas, las cuales se ven recompensadas por los aplausos que llenan el alma de actores y danzarines por igual.
Luego de ver la puesta en escena, puedo decirte querido lector, que la vida es realmente corta, somos protagonistas de nuestras propias historias, actores principales en obras con guiones que solo el destino conoce, piezas que no conciben ensayos y cuyas oportunidades usualmente son irrepetibles, no importa si eres una delicada bailarina llena de gracia, un espontáneo y sentimental actor, un ejecutivo en una oficina o una estudiante con sueños de grandeza, en algún momento habrás perdido algo, habrás culpado a otro por tus infortunios, incluso habrás caído en la más profunda desesperación y congoja… todos, en esencia, somos frágiles.
El teatro nos ha permitido mostrarle un espejo al público, de perder y recuperar, de amar y sufrir, de reír y llorar, así que nos vemos en el teatro querido lector.
Photo Credits: Israel Orlandi