Esteban Diácono revela nuestras fobias

Esteban Diácono es un motion graphics designer de Buenos Aires, en Argentina. Su trabajo es variado, desde videos musicales hasta publicidad para grandes marcas o campañas educativas.

Autodidacta, ha adquirido conocimiento y experiencia en casi todos los aspectos del mundo de la comunicación visual. Esteban Diácono rechaza la etiqueta de artista. Este dibujante 2.0 crea animaciones en 2D y 3D nacidas del dibujo, de la escultura y de la fotografía. El digital es un componente del azar que contribuye mucho a su trabajo y a veces. Cambiar las configuraciones o descubrir una nueva herramienta abre otras posibilidades.

En agosto de 2009, creó un video musical para el joven compositor islandés Ólafur Arnalds, que más tarde se convirtió en una de las obras más populares de la banda. Partículas rojas y azules se mueven al ritmo del instrumento jugando con la intensidad del sonido y de las emociones vinculadas.

En Instagram Diacono publica animaciones surrealistas que mezclan temas realistas y ejercicios humorísticos, a veces, casi aterradores. Las caras y las manos son aplastadas provocando un efecto total entre la repulsión y la fascinación, como en una serie llamada Uncanny, en relación con el concepto de Uncanny Valley. Se afirma que cuando las réplicas antropomórficas se acercan en exceso a la apariencia y comportamiento de un ser humano real, causan una respuesta de rechazo entre los observadores humanos. En el mundo de Diacono, la aparición de una forma humana se puede convertir en baba rosa con un simple movimiento. En su serie sobre la moda, desafía esos cuerpos que se mueven bajo unas telas multicolores que parecen fantasmas flotando con elegancia. Explora algunas de sus obsesiones del cuerpo y de sus posibilidades: desde la delicadeza y la gracia de un bailarín, hasta la sensación de poder de un boxeador en el ring.

Pero cuidado, Esteban Diácono puede revelar nuestras fobias más secretas como en su serie llamada Trypophobia describiendo el miedo irracional a los agujeros pequeños. Al final, su trabajo explora las obsesiones y los miedos de nuestra cultura colectiva.