Tal vez como director técnico y editor general pensarán que no tendría una buena perspectiva para hablar de este colectivo poético, pero aquí vamos, porque alguien tiene que hacer el trabajo sucio y alguien tiene que poner la cara.
Para resumir lo que hace el Grupo Rostros Latinoamérica, podría citarlos: son un grupo de jóvenes poetas sin rostro que no se preocupa por los orígenes de la poesía y sí por sus desembocaduras: el desconocido lector de poesía, un animal mítico en peligro de extinción.
Yo me atrevo a agregar que son seis granos de arena que un día cualquiera, ya perdido en el tiempo, se juntaron por azares del viento, por la hermandad en la debilidad de sus cuerpos en una sala de emergencia de un hospital; todos, por cuestiones del destino, se diría, tienen alguna deformidad, carencia o pérdida corporal que los congrega en el anonimato de la imagen. Entonces, para concluir lo que son, o lo que no, diré que forman un solo ser mitológico de seis cabezas y un solo cuerpo: la poesía. Pero para procurar ser más exactos: el Grupo Rostros Latinoamérica está compuesto por jóvenes poetas latinoamericanos (hispanoamericanos, en realidad), cuya mayor afinidad es la no necesidad de enseñar sus rostros ni sobresalir de modo alguno. Su propósito en común no es otro que difundir poetas de habla hispana sin importar su trayectoria o procedencia, procurando hacerlo de manera abierta y generosa siempre y, más que nada, reconociéndolos como poetas genuinos y no como falsos poetas. Además de esto, y como si fuera poco, editar un sello digital de libros de poesía. Y como nada es suficiente para salvar al mundo, además de la revista, el sello editorial y la difusión permanente en redes sociales, lanzaron tres concursos literarios.
Ya están a punto de cumplir los primeros seis meses de su existencia, y a la vez están por publicar el número seis de la Revista Rostros Latinoamérica, su bandera de batalla, que circula gratuitamente en Internet con periodicidad mensual. En ella tienen cabida los menesteres más azarosos del hombre, como lo es la suerte, el azar y la fortuna, porque, como si se tratara de una ofrenda al mundo hispano, se publican poetas de todos los países de Hispanoamérica, se recomiendan libros de poesía, poemas solitarios, festivales de poesía y toda clase de eventos y entes relacionados con la poesía. Y, sin ánimo de satanizar a los demás números, todas las publicaciones allí afincadas rondan el número seis. La editorial, por su parte, en donde se publica poesía en cuidadas ediciones, ya publicó su primera plaquette, Consagración de la carne, de un joven poeta mexicano Guillermo Palafox, y el libro Sabios Delitos, de un poeta chileno de gran trayectoria, Luis Cruz-Villalobos. Se preparan, además, ediciones de otros autores, como reediciones de los libros de los seis integrantes, además de inéditos y, lamento reconocerlo, uno que otro manuscrito mío, más por su obstinación que por mi aptitud. Los concursos literarios, que no tienen otra intención que dar a conocer obras con gran calidad literaria, se lanzaron este año y se llevarán a cabo a lo largo del año siguiente, para ser publicados en el sello editorial del grupo. Se trata de unas convocatorias para poetas de todo tipo, inéditos, que solo hayan publicado un libro y aquellos que ya publicaron más de uno. Y se premiarán, además de tres, algunos accésit, porque se sabe que la calidad literaria de los poetas de nuestra lengua es tan extensa como su misma presencia.
Por último tengo que decir que yo, un poeta ordinario y del común, tuve la suerte de conocer a uno de ellos, a Ulisses, cuando se requirió una batuta y un rostro, y que se me pidiera que los dirigiera. Y aquí estoy, unos meses después, despertando de ese sueño que es ser un escalón más para la poesía, en cualquiera de sus formas, y atestiguándolo, porque pocas cosas más hago en este mundo que contar lo que tengo que contar.
Y para participar en nuestros concursos: https://gruporostros.wixsite.com/inicio/premiosliterariosrostros
Photo Credits: Grupo Rostros