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arturo serna
Photo by: Martin Brigden ©

Escépticos (VIII)

El señor François Sibelius trasciende la discusión actual sobre el estado de las finanzas mundiales y pide una organización antimonetaria de acuerdo a un nuevo criterio de realidad. Entiende que se deben eliminar las fronteras y crear un sistema de comercio sin dinero. Para François Sibelius, el dinero ha producido el principal retroceso humano en la historia. El dinero es una ilusión. Le otorga valor a lo que no lo tiene.

Las cosas, los juguetes, los autos, las comidas no pueden comparase en términos ontológicos. El criterio de estimación no depende de un patrón abstracto –la divisa o el dinero– sino de las relaciones entre la vida y la muerte.

El señor perito François –especialista en Astronomía– entiende que todo valor es relativo y que debe depender de cuánto acrecienta o acerca las cosas a su inevitable muerte. Por eso plantea un nuevo sistema de medición. Ninguna acción o cosa tiene un peso por sí misma. Sugiere considerar su importancia según la regla del fin de la vida.

Por ejemplo, un auto es importante si acelera la muerte o no. Lo mismo que un médico, un arcabuz o una caja de fósforos.

La ontología inventada por François Sibelius modifica las formas de pensar el tiempo, la ciudad y la amistad. La teoría de Sibelius parte de una nueva moneda: el vacío. Si cada ente no vale nada (por sí mismo) y la muerte es lo único que brilla, entonces la nada comanda nuestras vidas. Para François no puede haber billetes si el punto de partida es el vacío. De acuerdo a su modo de pensar, nuestra mirada sobre el dinero y la existencia se modifica notablemente.

Debo decir que concuerdo con la idea del señor Sibelius: la ilusión del dinero. No hay nada más imaginario que la divisa. Los hombres se pelean y mueren por ese vil instrumento de dominación. Solo tengo una objeción al señor François Sibelius: la viabilidad de su propuesta. Cada país tiene formas diversas de concebir la muerte. De este modo, sería imposible encontrar un criterio común para sopesar los entes en el marco de la nueva ontología.

Como ya dije, Sibelius es perito en astronomía. Desde su mirada alta ha indagado en las relaciones entre astronomía y mercado, entre astros y fronteras. Y ha llegado a la siguiente conclusión. Cito sus palabras:

“En el cielo, en el indiferente telar de las estrellas no hay fronteras. Ese debe ser nuestro modelo: un piélago sin fisuras ni controles. Nadie puede tener el patrón que indique el valor de nuestras cosas. La vida ocurre sin por qué. El único sentido que tiene la vida está dado por la muerte. Es como si entre las estrellas hubiera un dios: el único demiurgo es la muerte. A ella le debemos todo. Los astrónomos tratamos con el infinito. Ahí tenemos un modelo para vivir. Seamos libres y gocemos del fuego mientras dure el tiempo. Cuando ya no estemos sumidos en el polvo, nada tendrá sentido”.

Para ser un perito técnico, François no escribe mal. Les he dejado un fragmento de su prosa para que lo lean y mediten con él. Este escéptico sideral me ha hecho pensar.


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