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Tatiana Piñeros
Tatiana Piñeros

Erase una vez en una noche fría de mi ciudad…

Ya ha pasado un largo tiempo desde que empecé a salir del closet como dicen muchos, viviendo nuevas experiencias, oportunidades y relacionándome con personas maravillosas a quienes mencionaré en algún momento y que son una luz en el camino. Pero, a pesar de las experiencias positivas, hay momentos agridulces que opacan un poco ese camino. Por esa razón son importantes las personas que se vuelven símbolos y pueden lograr los cambios esperados.

Desde hace un largo tiempo tuve el honor de conocer, por medio de las redes sociales, a una luchadora de la causa transgénero. Realiza proyectos o trabajos, con este fin, en entidades publicas de Colombia, por ejemplo como directora general del Instituto Distrital de Turismo de Bogotá, su último cargo.

Es un gran modelo a seguir, ya que, siendo una mujer transgénero, ha logrado grandes cosas, diciéndole a los demás “si se puede”, con una hermosa sonrisa.

La he tenido como referencia, como modelo a seguir en algunas de mis causas personales hasta que… un día, su más reciente proyecto se ha difundido como el chisme mejor contado de la historia y se ha vuelto casi viral. Un chisme que ha dejado a más de una de nosotras con un rostro de sorpresa y a la vez un leve brillo en los ojos. Ya en ese punto me dije “ella pasó al siguiente nivel, y está creando historia. Es la primera mujer transgénero que aspira a ser electa en el Senado de mi país, un país que ha mostrado chispas de discriminación hacia nosotras durante muchos años”.

Busqué información para conocer un poco más de su propuesta política. Hay una infinidad de notas sobre ella, sus proyectos anteriores, su nueva aspiración y la admiración que despierta en muchas personas. Pensé que hubiera sido bueno conocerla en persona algún día, poder escuchar sus propuestas y puntos de vista de su misma voz y decir ¡WOW! frente a ella.

Recuerdo una noche fría en un lugar en el cual muchas mujeres como yo acostumbramos a ir. Se llama Video Roma y es un lugar de integración, un lugar de tertulia. Recuerdo que estaba hablando con mi amiga Giselle sobre la vida cuando vi entrar a la futura senadora. Al principio no la reconocí, pero luego mis recuerdos y mis ojos supieron quien era. Vi como muchas de mis amigas se acercaban, hablaban con ella, y esperé hasta lograr acercarme y conocerla en persona. Pude escuchar su visión del mundo, contada por ella misma. Relató momentos pasados y presentes. Era evidente el brillo en nuestros ojos plasmado en una ligera sonrisa al saber que un “sí se puede” era posible. Como una luz en el camino se evidenciaba que Tatiana Piñeros, de senadora, podría producir un cambio trascendente en mi país.

Es grato ver como se avecinan, para la comunidad trans, el reconocimiento de los derechos y los cambios positivos que dan una esperanza de igualdad y respeto en un país que pide cambios.

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