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Encuentro Internacional de San Juanes, Naguanagua 2021

El pasado sábado 12 de junio Naguanagua se vistió de fiesta, recibió a las cofradías de San Juan en el marco de la celebración del Encuentro Internacional de San Juanes, que desde 1998 ha sido una fiesta que evoca el arraigo, devoción y fe que se le tiene al santo que “to’ lo tiene y to’ lo da”.

En medio de estos tiempos difíciles, la unión familiar, la solidaridad y el encuentro son un paliativo necesario. Sin duda, este encuentro se ha convertido en un espacio de celebración, un nido de identidades. Las cofradías sanjuaneras que participaron en esta edición fueron Miel, canela y cacao; Tambores siembra; Son de mi canto; Tradición Girardot; y Tambores de San Juan.

El golpe de los tambores fue matizando las calles mientras cada cofradía bailaba a su San Juan en medio de cantos. Estas expresiones culturales de carácter religioso y popular, tienen raíces bien definidas en el marco de la cultura caribeña. Los instrumentos y cantos constituyen un festivo acontecimiento que aviva esa herencia afrodescendiente propia del caribe.

Al final del recorrido, los San Juanes fueron recibidos por la cofradía San Juan de Brisas de Tarapío por ser la anfitriona, invitándolos al altar para luego iniciar los cantos de sirena, cantos en los que se hacen las peticiones y agradecimientos, es el momento más emotivo de la ceremonia por esos testimonios que se convierten en armoniosos versos.

Para cerrar, cada cofradía obsequió a San Juan y al público presente, una presentación de tambores, donde se pudo disfrutar de los distintos estilos (o golpes, como se le denomina en el argot musical de tambores) que caracterizan a las regiones participantes. Poco a poco se fueron integrando los bailadores que con picardía caribeña mueven sus caderas al son del tambor, bajo el sol, con mucho colorido, y el sabor de la piel canela.

En septiembre próximo, el culto y la devoción de San Juan Bautista será inscrito en la lista representativa de la UNESCO como Patrimonio Inmaterial para la Humanidad. Estas manifestaciones culturales que emanan de las comunidades, llenas de música y baile, tienen los ingredientes que sirven de antídoto ante las adversidades y nos alegran el corazón. Son estas tradiciones populares, las que marcan la pauta en mostrar la diversidad y riqueza de la devoción, brindan una manera de formar ciudadanos a través del compromiso familiar y comunitario, a la vez de estar conectados con las raíces culturales de nuestro caribe.

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