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Roberto Moldavsky
Photo by: slalit ©

El Top top top del humor

En mi columna de esta semana les quiero hablar de quien es para mi y para muchos, uno de los mejores comediantes de la Argentina. Pero además de ser muy gracioso demostró que nunca es tarde para cumplir un sueño, hoy les quiero contar la historia de Roberto Moldavsky.

Como esta columna se lee mucho en Venezuela, España, Estados Unidos, tal vez algunos no le conozcan, así que les relato: Roberto Moldavsky fue hasta hace una década un comerciante de camperas (chaquetas) en el Barrio de Once en Buenos Aires, hasta que un día se anotó en un curso gratuito de Stand Up en La AMIA, y como el mismo contó en una entrevista “Lo tomé porque era gratuito, y para un judío cuando escucha gratis, no hay quien lo detenga”.

En aquel momento Roberto tenía casi 50 años, dos hijos, cuentas por pagar y muchas responsabilidades más, pero decidió tirarse a la piscina y luchar por vivir de la comedia, pero además lo hizo a una edad donde todos pensarían que su tren ya pasó.

Obviamente no fue fácil, y como hacemos todos en el mundo del Stand Up tuvo que volantear en la calle para meter gente, presentarse en el under, y hacer eventos privados. Hasta que con esfuerzo pasó al teatro de la mano de Gabo Grosvald, después pasó a la Tele en el programa de Gerardo Rozin y finalmente al rey midas del teatro argentino Gustavo Yankelevich.

La primera vez que vi a Roberto Moldavsky fue en La Peña de Morfi, un programa de cocina donde invitaban a varios humoristas y músicos para que divirtieran al televidente mientras se cocinaban los platos que un cocinero y su asistente terminaban sus preparaciones. Era un tipo gordo y barbudo cuya ceja le daría envidia a Frida Kahlo. Recuerdo que contó un chiste de judíos que me hizo escupir el café.

En aquel entonces, estoy hablando de hace unos cinco años, yo estaba llegando a la Argentina con más dudas que certezas, y tratando de encontrar mi tipo de humor. Una de mis grandes inquietudes era ¿Será que los argentinos se reirán de mis chistes? Y dar con Roberto en aquel programa me abrió sin duda una puerta.

A través de su humor, Roberto Moldavsky muestra con gracias las internas del mundo judío para los Goy, Goy es como nos dicen los judíos a quienes no lo somos. Pero no solo se queda en eso, porque también hace comedia con la actualidad política y con la cotidianidad; esto lo hace un comediante muy versátil.

Aunque “Rober” no lo sabe, yo tengo mucho que agradecerle, pues luego de conocer su historia, él me inspiró. Esto es algo que no conté hasta ahora, pero cuando migré, algunos días me cuestionaba si había tomado una buena decisión, pues había dejado una vida hecha y cierto reconocimiento profesional para empezar de nuevo, y muchas veces parecía que no lo lograría.

Pero con el tiempo descubrí que la vida que llevaba en Venezuela estaba buena, pero no era quien realmente quería ser, y, cuando comencé a hacer comedia en Buenos Aires cumplí (y sigo cumpliendo) mi sueño.

Cuando llegué a la Argentina en 2016 no podía permitirme una entrada al teatro para ver ni a Roberto Moldavsky ni a nadie, pues la meta era poder traer a mis hijos a esta tierra. Pero una vez que pude hacerlo y ya estando mucho mejor económicamente, cada año voy a “pagar promesa” al show de Moldavsky, como si fuese a Fátima, Lujan o al muro de los lamentos (para que él entienda).

¡Gracias Roberto!

En fin, háganse el favor de ver a Roberto, les puedo garantizar que no pararan de reír:

“dominguero” que se llama La Peña de Morfi


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