A la inmensa mayoría se les va la vida persiguiendo el éxito. Mientras tanto una peculiar sensación de infelicidad les agobia. No parecen percibirla. O piensan que es un leve sentimiento circunstancial, que pasará al lograr derribar la gran muralla que los separa de sus sueños. Cuando logran llegar a la cumbre de lo que todos pudiéramos desear, la sensación de infelicidad persiste. Una vaga percepción de llenura es sustituida por un vacío. Luego: insatisfacción, tristeza, depresión. Al otro lado, sus amigos piensan que es un ganador. Basta con mirar sus pupilas dilatadas. Claro, lo miden por la noción de éxito que se ha disperso en el mundo. Eso que se nos ha bombardeado en los medios, de que el triunfo se mide por la prosperidad alcanzada. Pero nuestro amigo, con todos sus recursos, sus autos, el lujo que disfruta, se enfrenta a que debe disimular su propia infelicidad frente a sus admiradores. Es como un bufón con una farsante sonrisa. Y es que tiene como un compromiso de reafirmación frente a los que siguen sus pasos.
Aunque sonría. Reconoce la felicidad que tuvo en la maltrecha casa donde vivió junto a su primera esposa. Antes de que comenzara a cuestionar su condición, y se le metiera en la cabeza sobre aquello que les faltaba alcanzar. Cómo lamenta haber perdido esos afectos. Cuando se es feliz con poco o mucho. Cuando las cosas que puedes lograr en la vida no son un requisito para el triunfo. Cómo suponemos, cuando empezó a subir, no sólo cambió su guardarropa.
Si tienes sentido del éxito, debes ser capaz de disfrutarlo. Es por eso que sabemos que lo logramos. De poco vale tener si no puedes ser feliz. Suena como el título de una canción. Pero es la vida real. Actualmente muchas organizaciones se han dado a la tarea de hacer listas de los países más felices, y no son justamente los más poderosos del planeta. No son los que tienen mayores índices de Producto Interno Bruto, los que salen de primero en las listas.
El sentido del éxito, es una percepción de bienestar que se logra cuando se está conforme de lo que se es, lo que se hace, y con quien se comparte la vida. Las aspiraciones, logros, bienes de fortuna, entre otras chucherías, no lo determinan. En otras palabras, tienes éxito si eres feliz. Y puedes serlo con muy poco en realidad, aunque pensándolo bien, es mucho.
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