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prospect park
Photo by: Scott Dexter ©

El sauce y el arce

Mi larga ausencia de Brooklyn me ha devuelto la capacidad de asombro. Percibo con sentidos renovados detalles que antes pasaban desapercibidos.

Llego a la orilla occidental del Lago Prospect al atardecer, como acostumbro. Las aguas calmas bajo el cielo ceniciento se muestran de color musgo. En las márgenes, el verde plateado de los pastizales, similar al de las hojas de un olivo, contrasta con los tonos vivaces del follaje de los árboles.

Al notar la diferencia de tonos y matices en el verdor del verano, procuro con mi vista al sauce llorón (Salix babylonica) que suelo contemplar. Lo encuentro en su lugar, un pequeño recoveco del extremo suroeste del lago. Reconozco su copa ancha y redondeada y sus ramas de hojas largas y delgadas, verde pálido. Cuelgan del sauce como una suave cabellera lacia.

Por primera vez me doy cuenta de que a su lado crece un árbol más alto, de copa más angosta, casi cilíndrica, cuyas ramas de hojas verde oscuro se encrespan y elevan hacia el cielo. El contraste me sorprende. ¡Que detalle tan bello!

Intrigado, bordeo la orilla del lago hasta llegar a la pequeña península donde crecen juntos los hermanos. Saludo al sauce y acaricio sus hojas tersas. Y me acerco al otro árbol para observarlo. Por sus hojas simples de tres lóbulos supongo que es un arce (o maple, como le dicen “in ínglich”). Pero no sé cuál especie es. Noto la corteza irregular del tronco, como si tuviera granos o placas superpuestas. Un detalle colorido me llama la atención: los tallos de las hojas son rojos. Siento la textura de las hojas, le doy una palmada amorosa al tronco y me despido.

Anochece. Ya en casa consulto la guía de árboles de Nueva York y descubro, por el color de los tallos, que es un arce rojo (Acer rubrum). ¡Claro, en otoño se pintará de naranja y rojo ardientes! Pero ahora, en verano, lo he percibido de otra forma, inusitada para mí.

Mientras su hermano el sauce se inclina hacia el agua y la tierra, el arce eleva sus brazos al cielo. Como símbolo vital, la imagen sugiere dos formas de vivir o, mejor, dos momentos complementarios de una vida consciente: hay un tiempo para trabajar y otro para festejar, un tiempo para la reverencia y otro para la gratitud.

Esta noche es tiempo de festejo y gratitud por la renovada capacidad de asombro.


Photo by: Scott Dexter ©

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