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arturo serna
Photo by: Adalberto Camperos ©

El payaso (VI)

“El capitalismo es un perro muerto”, dice el filósofo Franco Berardi. No sé si está en lo cierto. El capitalismo no está del todo muerto. Más bien se parece a un moribundo que aún tiene un hálito de vida; es un can en agonía, un perro aún enérgico que mira desde la enfermedad el cielo resplandeciente de los países ricos.

El gran problema del peronismo es que no está en contra del capitalismo. Se define como un movimiento sentimental que defiende a los pobres pero su defensa no cuestiona el sistema que explota y destruye la economía de los marginados.

El payaso dice que la verdadera bandera de Perón es la lucha contra el capital. Actualmente esto es falso. Ningún peronista es anticapitalista. Aún más, diría que el derechista Pichetto, por ejemplo, es un fanático capitalista. Además, para un peronista nada hay más importante que el capital nacional. En todo caso, los seguidores de Perón quieren revivir, a toda costa, al perro moribundo. ¿El peronismo es la vacuna para despertar al zombie?


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