Leonardo da Vinci fue zurdo, bastardo, inadaptado, distraído, vegetariano, homosexual y herético. La humanidad necesita de más inventores como Leonardo. Hegel pensó, y después Marx, que la muerte de un individuo no era importante frente a la supervivencia de la especie. En contra de Hegel, sospecho que para la salvación de la especie es mejor que surjan más individuos como Leonardo: imaginativos, distraídos, curiosos y antisistemas.
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