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Amparo Bojórquez
Daniel Lobo

El derecho a réplica de la derecha

Es ingenuo creer que el progreso sucede sin detractores. En cada momento en que el ser humano avanzó lo suficiente para reparar los errores pasados siempre hubo una parte de la población renuente a los avances.

En el clima político y social a nivel global, los grupos que más resienten los rápidos cambios que han venido sucediendo en los últimos años alzan la voz cada vez con más fuerza, en un intento de victimizarse y clamar por opresión contra estilos de vida o creencias que hasta hace poco eran la norma, pero que hoy en día vamos reconociendo como erróneos.

Los argumentos varían, van desde negar las problemáticas enteramente, hasta justificar con argumentos religiosos, “biológicos” o sociales la homofobia, transfobia, misoginia e incluso la defensa de la ignorancia.

En Estados Unidos se pronunció a Brett Kavanaugh, nominado directamente por Donald Trump, como nuevo juez del Tribunal Supremo de EE.UU. La investigación pública que se hizo a Kavanaugh para comprobar que tuviera la integridad necesaria para asumir el cargo judicial más alto dentro del país, estuvo marcada por una acusación de acoso sexual, que fue desestimada por falta de evidencia. Trump, defendió a su nominado e hizo la afirmación, secundada por muchos de sus seguidores, de que hoy en día existe un clima de hostilidad hacia los hombres tras la explosión de denuncias de acoso sexual en el país. Sin embargo pese a sus palabras, ni él ni Kavanaugh, dos de los hombres con más poder en el país, a pesar de las acusaciones, han sido privados de su puesto.

Mientras tanto en Latinoamérica, el gobierno de Guatemala discute la aprobación de la iniciativa 5272, que abarca desde la criminalización del aborto (incluso el espontáneo que sucede en el 30% de los embarazos de forma natural), hasta el rechazo a la educación sexual y pone una prohibición terminante a los matrimonios entre personas del mismo género. Esto en respuesta, por parte de la población, de la iniciativa 5395, que permitiría el cambio de género ante la ley, y la 5376 que ofrecía la posibilidad a las niñas menores de 14 años víctimas de violencia sexual de someterse a un aborto.

Sobra decir que la lucha por la igualdad ha terminado. Dos pasos adelante y uno para atrás. Sin embargo, poco a poco se avanza.


Photo Credits: Daniel Lobo ©

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