Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

El Cadáver

El Cadáver

El cadáver, pan sobrio, ácido
es un amasijo de venas
caliente o frio, no importa,
todos los días el cuerpo pesa lo mismo.

¿Cadáver sin nombre, serás la ausencia mía?

Sueño que no.

El cadáver tiene el rostro del portugués de la esquina
o es la maestra, el recién nacido, el cínico,
el indiferente
en carreras de caballo, en procesiones,
en el árbol muerto de la lotería.

El cadáver es un campo de concentración al aire libre
y una juguetería abierta.
El cadáver es un pesebre sin luces, sin pastores, sin caminos.

Rebaño y carnaval,
chistes sobre mujeres desnudas
en cuatro patas
húmedas a hospital y acaloradas
por el niño enredado en los pliegues de la madre.

Lanzan el niño al techo… “Si vuela es murciélago”.
Así termina el chiste. El cadáver sonríe.

Niño, hombre y asesino, los tres están en la funeraria
llorando y riendo
mareados por la luz y las sillas de plástico.

Cadáver,
cemento vivo;
cemento porque el cementerio es todos los días.

 

Cuerpo

Habla desnudo con el cuerpo que desaparece
y desaparece
lentamente, ausente, temprano.

Mucho más rápido brillan los ojos
cerrados porque cubren las ideas
lejos, lejos, muy lejos
donde luchan las palabras
y la voz de los muertos.

 

Premonición

Pienso en la muerte, en los accidentes,
tragedias, pienso,
luego chévere
no ha pasado nada
y creo que amanece.

Amanece, creo
y pienso que estoy muerto.

Sin duda me muevo
pero es el sol, dice el forense.

Es el sol que hace que se muevan
en medio de la calle
hirviendo
se asan y se mueven,
tiemblan de miedo todavía
inocentes, cualquiera.

Es el año dos mil quince en Venezuela,
el siglo XXI de los muertos,
de los días
lunes, martes, miércoles
y sus nombres a funeral
Fabián, Nixon, César.

Levaduras, cloro
en la habitación oscura
detrás de la pared blanca y crucificada
donde visten a los muertos pegados a la sangre,
pero se mueven
copernicanos
cristianos
gordos y morenos
descansan
inocentes,
pero se mueven
asesinados por cara de caballo,
un hombre, sí, un hombre,
venas, nervio, mandíbula, sombra,
bípedo
mamífero
idólatra
un violador, un preso,
homicida y libre, bigote escaso y negro,
franela color a perro maldito arrodíllate
o simplemente muérete todos los días
hasta que aparezcas en la morgue
despierto
dentro de una mosca en el fondo de un baño negro.

Solos, confiados, los inocentes,
sólo quieren hablar y dormir en la cama,
sanos, cultos, mentirosos y hospitalarios
porque no tienen, no saben,
viven,
menos,
pero se mueven.

Hey you,
¿nos brindas un café?