Este caballero lo veo casi todos los días en el trayecto de ida al correo. Siempre va bien vestido y muy abrigado, tanto en invierno como en el verano. En el verano generalmente lleva un sobretodo ligero carmelita claro. Usa siempre sombrero o gorra, y lentes. Tiene un andar rápido de paso militar y siempre va por el mismo trayecto y a la misma hora. Y ¿quién es éste individuo? ¿A qué se dedica? Nada de eso es importante, lo significativo en él, es su comportamiento y sobre eso trata esta breve crónica.
Lo vengo observando desde hace años, sí hace años. En cada estación se comporta de la misma manera, de invierno a verano, con su andar rápido y firme, pero cuidado. No hay papel tirado en la calle, en su trayecto, que no sea recogido por él. Unas veces lleva una bolsa y al final del camino, me imagino, la tirará en algún cesto, o simplemente, si no lleva la bolsa, recoge el papel y lo arroja en el primer cesto que encuentra. A pesar de su paso largo y rápido al llegar al semáforo se detiene y hasta que el mismo no marca la señal que indica que se puede atravesar, no lo hace, aunque no venga ningún auto. Así es de respetuoso de las leyes del tránsito nuestro caballero.
En el otoño, porta un paraguas y lleva un sombrero al estilo de Sherlock Holmes. Hace unos días por primera vez lo vi en un centro de compras que se encuentra en el trayecto por donde siempre transita, que me imagino sea hacia su trabajo, a unas cuadras del correo.
Al llegar a la caja a pagar, buscó todas las monedas necesarias para que su pago fuera exacto. Me pregunto ¿tendrá alguna patología mental, o será que personas así ya no abundan en este mundo? Me imaginación se desplaza a su comportamiento en el hogar. ¿Tendrá esposa?, me pregunto. ¿De qué forma hará el amor con su mujer? Seguro a una hora determinada, de un día específico de la semana, y es probable que repase todas las posiciones del Kama Sutra e invariablemente hará una por una sin alterar el orden de presentación del texto que haya conseguido. Bromas de mi imaginación.
Jamás he visto al Caballero Anormal acompañado, jamás hablar con nadie, su vestimenta luce siempre impecable, limpia, hacendosa. Cuando lo veo me digo, si la mitad solamente de nosotros nos comportáramos como él, respecto a la higiene, no habría ninguna duda de que el planeta se salvaría, no habría polución, pues creo que este hombre jamás conduciría un auto para no hacer proliferar la polución ambiental. Pero mi pregunta o duda más grande es, ¿será el Caballero Anormal verdaderamente anormal o seremos nosotros los «normales» los verdaderos anormales? Como dicen algunos autores esa respuesta la dejo como tarea para aquellos más avezados.
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