Antes de que comiences a leer debo aclararte que el tema para este artículo surgió de una reunión entre mi amigo, el artista Alexander Almarza (quien usualmente ilustra mis columnas de humor) y yo. En una de esas charlas, me comentó que era el mes del cáncer de mama y que deberíamos rendirle homenaje a varias guerreras con las que compartimos una mesa durante muchos años en la extinta Cadena Capriles.
El grupo de almuerzos era una especie de cofradía en donde hablábamos de arte, política exterior, política nacional y hasta del clásico literario de entonces: 50 Sombras de Grey. Luego con la migración las reuniones pasaron al WhatsApp, y desde ahí, muy de vez en cuando conversamos.
En ese grupo maravilloso, hay de todo: Gente graciosa, gente que sabe bailar, el negociante y varias amigas que han tenido que luchar, o actualmente luchan con un obstáculo de salud que les ha puesto la vida. Para ellas y para todas las guerreras que batallaron y lo siguen haciendo, con esa terrible enfermedad que es el cáncer, va esta carta.
Mari T
Aún recuerdo cuando supe que mi amiga Mari T, a quién conocí en los años de fragor político en la universidad, le detectaron la enfermedad, me dijo que tendrían que operarle y luego vendría la quimio. Poco después fue a visitarnos ya operada, y con la cabeza rapada, pero como ella es una mujer muy guapa, le quedaba muy bien, de hecho, fue portada de la Revista Dominical.
Luego de esa portada pasaron algunos meses, yo me vine a la Argentina, y al año y medio recibí en mi casa a Mari T, a quién le hice el primer (y único hasta ahora, tour turístico cómico) por la ciudad de Buenos Aires. Ahora vive en Villa Gesell, en donde sigue luchando como siempre, ya no contra la enfermedad gracias a Dios, sino con las pruebas que te pone la migración. Igual todo estará bien, pues Mari T es una guerrera natural.
Dayana
En el caso de Dayana, cuando enfermó ya me había ido de Venezuela, así que seguía el reporte de su evolución a través de las redes. Un año después, al menos eso creo, Daya se vino a Buenos Aires, donde nos encontramos y en una mesa de amigos nos pusimos al día. A Daya la llevé a Paseo La Plaza para que viera mi afiche, no pudo ver mi show, pues cuando estuve por presentarme en la ciudad de Córdoba, se suspendió. Es uno de mis pendientes cuando todo esto pase.
Desde Córdoba, Daya y su esposo construyen una nueva vida, sigue la lucha, pero sin duda saldrán adelante porque cuando se triunfa contra un mal como el Cáncer, se forma una costra, te hace más fuerte.
Vicky
La noticia de Vicky fue dura, porque ella fue la primera persona con la que compartí lugar cuando llegué a la Cadena Capriles. Con Alex y Vicky nos divertíamos de lo lindo mientras trabajábamos. De su lucha me enteré por un mensaje que ella misma envió al grupo de WhatsApp… todos nos quedamos sin palabras ¿Cómo va a ser que a Vicky le pase esto? Pensé.
Victoria sigue dando la batalla y estoy seguro que lo va a lograr. Sin duda es tan guerrera como tantas que día a día luchan en Venezuela no sólo con esta prueba, sino con todo lo que significa vivir allá con su condición. Pero ¡Ánimo! Que sin duda lo vas a lograr.
Yeni
A Yeni la conocí desde que nací, fue mi primer contacto con el cáncer. Yeni, mi prima fue diagnosticada cuando tenía 15 años, yo tenía 10. Después de su tratamiento, y en una Venezuela que lamentablemente ya no existe, pudo pasar una primera prueba.
Pero a los pocos años, la enfermedad volvió al ataque, y mi prima una vez más venció. Sinceramente no recuerdo qué edad tenía. Pasó el tiempo, y otro tumor apareció… ¿Venció? De alguna manera si porque, aunque ya no está con nosotros, dejó, contra todo pronóstico, 2 hijos (Cuando la diagnosticaron la primera vez, le dijeron que no podría procrear) y dos maravillosos nietos. Si eso no es vencer, díganme entonces qué es.
Este escrito es un saludo a todas y todos los que lucharon y aún luchan contra este terrible mal.
Hasta la próxima semana.
Ilustración por Alexander Almarza