Hace catorce años, diferentes líderes nos invitaron a participar en un diálogo intercultural el 21 de Mayo con la tarea de encontrar soluciones para una comunidad global unida por la cooperación cultural. Es así, que el próximo Noviembre celebraremos quince años de la adopción de la Declaración Universal de la Unesco sobre la Diversidad Cultural.
La edición de esta semana es una celebración, pero también es un llamado de atención a diferentes pilares de nuestra comunidad para iniciar y renovar conversaciones de colaboración y así construir un camino de soluciones sostenibles para la educación y enriquecimiento cultural.
Guerra, hambre, asimetrías regionales y desigualdad son las razones principales que impulsan las grandes migraciones. Poblaciones enteras se desplazan, huyen de los horrores de la violencia en sus países y van en búsqueda de mejores oportunidades de vida. Los éxodos grandes y pequeños son parte de la historia de la humanidad, han contribuido al crecimiento de las naciones pero también han ocasionado guerras y odios ancestrales.
Nunca ha sido fácil la integración de los inmigrantes dentro de otras poblaciones, su diversidad muchas veces es percibida como una amenaza y como tal ha sido combatida.
Hoy, en un mundo que ha logrado abatir lejanías gracias a las nuevas tecnologías, el camino de las migraciones sigue siendo muy complejo y difícil.
Las crisis económicas, que la globalización ha transformado en fenómenos que no conocen fronteras, buscan constantemente chivos espiatorios sobre los cuales descargar rabias y culpas por la erosión de bienestares adquiridos. Los inmigrantes y todos los “otros” que percibimos diferentes por cultura, religión, sexo y preferencias sexuales son el blanco ideal sobre el cual vehicular esos sentimientos de frustración. Populistas y políticos inescrupulosos de todas las tendencias construyen, sobre esos miedos y esas rabias, su propia base electoral.
Intolerancia, xenofobia, discriminación son como metástasis de un cáncer que alargan sus tentáculos de manera silenciosa y mortal hasta en las sociedades más abiertas y desarrolladas. Es por eso que, tras la aprobación en 2001 de la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 21 de Mayo el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo.
Un paso importante para fomentar el diálogo intercultural, la inclusión, la cooperación entre personas diversas, único camino posible para garantizar la paz y la seguridad internacional.
ViceVersa Magazine con esta edición dedicada a la diversidad elaborada gracias a la valiosa colaboración de Rodolfo Rotschild en calidad de coeditor y el aporte de importantes escritores y pensadores, quiere sumarse a las muchas iniciativas que llevan adelante personas e instituciones a nivel internacional.
Queremos apostar a un mundo en el cual podamos reconocer en cualquier persona, independientemente de sus características, a un ser humano con nuestros mismos derechos y deberes, con sentimientos, afectos y familias, con iguales sueños, miedos y frustraciones.
Un mundo en el cual tolerancia y convivencia sean materia de estudio en las escuelas y en el cual podamos entender que, más allá de las diferencias evidentes como raza, sexo, religión, cada uno de nosotros tiene peculiaridades que lo distinguen de los demás, que tiene derecho a ser único y diferente y que en esa diversidad está la gran riqueza de la humanidad.
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