Hace un mes tuve la oportunidad de trabajar una vez más con Debi Nova. Dadas las circunstancias que estamos viviendo, nos enfrentamos a un nuevo reto: realizar un video desde nuestras casas.
Es lo que hicimos. Este video es el resultado del análisis de algunos temas que varios de nosotros estamos enfrentando al estar encerrados. En mi caso particular ha sido una pausa muy necesaria para reubicarme y volver a creer en mis ideas, para descansar y tomarme esta experiencia como una clase de paciencia en la que hay muchísimas materias que tomar.
Pero volviendo al video, hay varios temas que empezaban a intrigarme, entre ellos la violencia hacia las mujeres ¡Cuántas mujeres no habrán sufrido situaciones de crueldad en casa! Otro tema era la gula. La ansiedad que genera el estar encerrado nos lleva a cambios de rutinas, y a comer y comer como escape para tratar de tranquilizar esa ansiedad.
En el caso de los artistas, la lucha creativa, y la angustia que genera el futuro incierto debido al paro general de la música, el teatro, los cines, las exposiciones y todo lo que implican esas cadenas.
Otro tema interesante es el de los influencers. No todos los influencers hablan para bien, y hoy en día creen ofrecer un aporte, pero solo desgastan un discurso basado en la necesidad de generar contenido barato y de identidad falsa. Tal vez suene muy cruel decir eso, pero creo que el confinamiento trajo a relucir la banalidad de muchas cosas así como lo positivo de otras.
En el video, quisimos contar nuestra experiencia, decir cómo estábamos viviendo este momento.
La canción se llama Mentimos. Partiendo de ahí preferiría que cada quien interpretara lo que considera el mentir.
Para nosotros el resultado personal de toda esta experiencia fue muy gratificante y, en lo que a mí se refiere, considero que el video logra reflejar la sensación de estar realmente atrapados y de cómo, a veces, nuestras propias mentiras nos atrapan y no nos dejan respirar.
Anécdota de Realización
El video fue grabado, en Costa Rica, Estados Unidos y México.
Se hicieron muchas juntas vía zoom, para las instrucciones relativas a cómo grabarlo, cómo interpretarlo, y sobre formatos precisos.
Al final no hay nada como el tacto humano y no puedo decir del todo que acabé dirigiendo un video desde casa, por que entonces me sentiría como si hubiera dirigido un proyecto de escuela o para una compañía. Más bien lo entiendo como una necesidad y un ejercicio vuelto a explorar nuevas formas de contar algo.