De los que no se toman una cerveza,
del que dice que no llora,
de aquel que no haya tenido el corazón roto,
de quién piense que nunca se ha enamorado,
del que cumple todas sus promesas,
de los que no se cuestionan,
de los que jamás han pasado una noche sin dormir,
de los que no hayan dejado plantados,
de los que solo tienen días buenos,
de la mujer que nunca se ha manchado los pantalones,
del que no ha perdido dinero,
del que jamás se despeina ni ha olido mal…
De todos ellos desconfío.
Trataré de no juzgarte.
Te dejaré vivir tu vida de muñecos,
quizás hasta sonría,
te haré creer que todo eso es cierto,
pero sabremos que en el fondo eso es mentira.
Yo no me como el cuento
de tu vida de fotografía de revista ¡Hola!
Tú sabes que en el fondo no soy tan tonta
Jamás seremos amigos
ni te diré que hay pedazos de mi corazón
que jamás volverán a ser los mismos
que he manchado la silla en una casa ajena,
que tengo pesadillas donde me roban,
me matan o me muele una máquina de carne
o que los días de cabello recogido significan que está sucio.
Jugaré a que podemos ser conocidos,
pero si algún día salgo en una foto contigo,
diré: «ese día no fui yo».
Tú te reirás,
yo desconfiaré de mí.
Tú habrás ganado el juego,
pero no mi confianza.
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