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Cuando la alegría se torna en dolor

Carla Vallejos Blanco tenía solamente 28 años. Era argentina y había estudiado Publicidad. Con mucha ilusión se había regalado unas vacaciones a Nueva York junto con una amiga y con igual ilusión se montó en un helicóptero con otros cuatro turistas para asistir al espectáculo de Nueva York vista desde el cielo. El tour estaba diseñado especialmente para personas deseosas de realizar buenas fotografías y Carla iba dispuesta a capturar con su lente cada detalle de una ciudad que se tiñe de magia cuando las luces iluminan sus puentes, edificios, rascacielos. Nunca pudo imaginar que jamás podría mostrar sus fotos, que no regresaría viva de ese vuelo.

Eran casi las siete de la noche cuando la aeronave cayó en las aguas heladas del East River de Manhattan, cerca de Roosvelt Island. Todos los pasajeros murieron, solamente el piloto,  Richard Vance logró salvarse. Los operativos de rescate llegaron a los pocos minutos, los buzos se lanzaron al agua casi inmediatamente, sin embargo no lograron salvar a nadie.

Una vez más el Consulado de Argentina en Nueva York, encabezado por el Cónsul General Mateo Estremé, tuvo que enfrentar un doloroso duelo, una tragedia terrible. Una vez más tocó al Cónsul y Agregado Cultural Eduardo Almirantearena hacerse cargo de todos los detalles, desde la relación con la prensa, hasta el rescate del cuerpo, la asistencia a los familiares y a la amiga que estaba transcurriendo su vacación con Carla y quien dio la alarma.

Son momentos particularmente duros para un diplomático, sobre todo para un diplomático como Almirantearena quien ama profundamente su trabajo y lo desarrolla con gran sensibilidad. Todavía recordamos el cansancio y el dolor que leímos en sus ojos durante la rueda de prensa que ofreció cuando cinco turistas argentinos murieron víctimas de un ataque terrorista en Nueva York el pasado 31 de octubre.

No se conocen todavía las causas del accidente. Están siendo investigadas. La aeronave, un Eurocopter AS350 pertenece a la empresa, Liberty Tours. En su página web se lee que posee una flotilla con diez aeronaves modernas, de último modelo.

Esta misma compañía tuvo otros dos accidentes en los últimos años: en 2007 uno de sus helicópteros cayó al río pero, afortunadamente, no hubo víctimas y en agosto 2009 otro colisionó con un pequeño avión. En esa ocasión murieron nueve personas.

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