Dos grifones, altivos, miran al infinito desde lo alto de la fachada de la estación de trenes de Atocha, imponente construcción de cemento, metal y vidrio. Situada en las cercanías de la Plaza del Emperador Carlos V, es la más grande de España.
Vamos de prisa, dispuestas a dirigirnos lo antes posible hacia Atocha Cercanías pero, al entrar, quedamos envueltas en las miles tonalidades de verde que encierra un jardín tropical. Parece un espejismo en un desierto urbano. Allí, donde hoy una burbuja de vidrio encierra tan inesperada explosión de alegría tropical, estuvo un día el antiguo edificio de viajeros de Atocha.
Finalmente subimos al tren. Son alrededor de 45 minutos de viaje. Al llegar nos parece haber dado un salto al pasado. Alcalá de Henares, la ciudad que vio nacer en 1547 al gran escritor Miguel de Cervantes, ha desafiado el paso del tiempo y desde sus edificaciones antiguas observa, con orgullosa indiferencia, a quien, generación tras generación, vaga por sus calles y plazas. El casco central de la ciudad es de una belleza sobrecogedora. Tras una primera mirada que nos llena de emoción y respeto, nos dejamos llevar por el placer que encierra el descubrir detalles que hablan de civilizaciones antiguas, de las culturas romanas, visigoda, céltica y musulmana que en esas piedras escribieron parte de su historia. En cada rincón apreciamos la eternidad de la creatividad que genera belleza y desafía la fragilidad de los seres humanos.
Alcalá de Henares, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998, es también la ciudad del saber por excelencia. Y no es para menos ya que no solamente vio nacer a Miguel de Cervantes, quien nos saluda desde lo alto de una estatua elegante y estilizada que domina la plaza principal, sino que vio pasear por sus calles a casi todos los más grandes intelectuales españoles quienes estudiaron o enseñaron en su prestigiosa Universidad. Emociona en lo más profundo pensar que esas piedras conservan el recuerdo de las voces y las risas de maestros como Francisco de Quevedo, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Lope de Vega, Antonio de Nebrija, Mateo Alemán y de Enero, Juan Ginés de Sepúlveda y muchos otros.
Y así, mientras paseamos tratando de escuchar los ecos del pasado, observamos el bullicio de personas quienes, celebrando la alegría de un día soleado y de un cielo azul transparente, se han volcado a la calle y llenan las mesitas de bares, cafés y restaurantes. Una joven va de un lado a otro de la plaza distribuyendo el folleto de un restaurante recién inaugurado. Lejos de esquivarla, como normalmente sucede, las personas no solamente aceptan su folleto sino que se paran, hablan con ella, y luego siguen su paseo de fin de semana.
Photo Credits: M.Peinado ©
Una exclamación de estupor acompaña la visión de un nido ocupado por una pareja de aves alteras y aristocráticas. Son cigüeñas. Con la nariz vuelta al cielo no nos cansamos de observar, con la maravilla alborotada de la infancia, muchos más nidos y muchas más cigüeñas. Las conocíamos solamente a través de las películas animadas, llevando en su pico afilado a un bebé envuelto en un pañuelo blanco. Verlas en la realidad nos llena de alborozo. No llevan a ningún bebé en el pico, sino que están empollando a sus mismos pequeños. Más tarde descubriremos que hay noventa parejas de cigüeñas en Alcalá de Henares, que la municipalidad las protege y las ayuda en la construcción de sus enorme nidos.
A las dos de la tarde nos encontramos con Adriana Mosquera, más conocida como Nani quien, en 2017, fue nuestra invitada en el Bitter Laughter que dedicamos a las mujeres caricaturistas. Es grande la alegría de vernos de nuevo y son tantas las cosas que deseamos contarnos que las palabras ruedan de un argumento a otro sin cesar. Informaciones personales se cruzan con explicaciones de detalles de la ciudad, mientras nos dirigimos a la oficina de Juan García Cerrada, Secretario Ejecutivo del Instituto Quevedo de las Artes del Humor (IQH). Creado por la Fundación General de la Universidad de Alcalá, el Instituto Quevedo de las Artes y del Humor se ha transformado, en los años, en uno de los centros más apreciados y reconocidos en la difusión e investigación de las diferentes facetas del humor.
Bien sabemos que a veces una viñeta logra ser más corrosiva que cualquier palabra, que la ironía encerrada en un dibujo puede asustar más que los conceptos expresos en un artículo de opinión. Defender el humor en todas sus acepciones, significa defender la libertad de expresión y no sorprende que ese rol lo haya asumido una Universidad que ha sido el lugar en el cual se han formado y se forman grandes pensadores no solamente de España sino de todo el mundo.
Juan García Cerrada lo sabe y, con gran sensibilidad, lleva adelante muchos de los proyectos de IQH, entre ellos numerosas exposiciones, encuentros nacionales e internacionales, talleres. El Instituto también organiza el Premio Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos, considerado uno de los más importante del mundo, que rinde justo homenaje a los humoristas y contribuye a la difusión de una “cultura del humor” rescatando su valor dentro de la sociedad.
Juntos nos dirigimos hacia el antiguo Hospital de Santa María la Rica, hermosa construcción que a finales del siglo XIII fue una importante institución benéfica y hoy es sede de la Concejalía de Cultura. En sus amplias salas de exposiciones artistas diferentes presentan sus trabajos. Es allí donde el 10 de abril el Instituto Quevedo de las Artes y del Humor ha inaugurado una exposición curada por Juan García Cerrada, dedicada a los libros, al valor de la lectura como espacio de libertad. Se titula Libros libres.
80 dibujos de 74 autores de 16 países llenan las paredes de varias salas en un homenaje al libro que, como dice el curador Juan García Cerrada, “es un elemento clave de la libertad y la democracia”. Entre esos dibujos y viñetas encontramos los de Nani, de su esposo Turcios, y también de Daniella Martí, otra colaboradora de ViceVersa Magazine. Nos emociona ver el trabajo del histórico humorista gráfico Forges, quien recientemente falleció dejando un gran vacío en el IQH, institución que apoyó desde su fundación y en la cual desempeñaba el cargo de Director. En cada una de las líneas de la exposición vemos sintetizada toda la fuerza de los libros, su poder transgresor como puerta de acceso al conocimiento y por ende a la libertad.
En el segundo piso podemos admirar una exposición diferente pero no por esto menos interesante. Son las fotos que Pilar Navío, fotógrafa de reconocida trayectoria, ha dedicado a Alcalá de Henares, su ciudad natal. Alcalá, espacio infinito es el título de la exhibición que, en más de 60 fotos atrapa el alma de una ciudad que no deja espacio para la indiferencia.
Como última etapa nos dirigimos nuevamente a la oficina de Juan García Cerrada de la cual salimos con un verdadero tesoro: catálogos y libros testimonios del constante e importante trabajo del Instituto en la difusión de la cultura del humor.
Saludamos a nuestros amigos y, antes de irnos dirigimos una última mirada a una ciudad que atrapa el alma de quienes la visitan una o mil veces y de nuevo pensamos que el humor no podía encontrar mejor casa que la que le brindan Alcalá de Henares y su Universidad.