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adrian ferrero
Photo by: Omar Burgos ©

Creadores multifacéticos: entre la admiración y el don

Siempre me han admirado esas personas consagradas a la escritura creativa capaces de abarcar tantas prácticas culturales simultáneamente. De medirse en tantas vertientes y en tantos dominios con pericia. Como Pier Paolo Pasolini (de muerte confusa y temprana), quien escribió guiones de cine, dramaturgia, poesía, narrativa, y ademá pintaba, filmaba, fue actor y, seguramente, (esto lo doy por descontado), manejaba idiomas. Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, escribieron ficción, complejos tratados de filosofía, ensayos de ideas, libros de estudio sobre sociedad, de investigación sobre la mujer, crítica literaria, dramaturgia, guiones de cine, se graduaron ambos en Filosofía en la Sorbona y dirigieron una mítica revista de cultura y literatura: Les temps modernes. Susan Sontag, egresada de Letras en EE.UU. y París, docente universitaria sobre todo en NY, enseñó Historia de las religiones, fue escritora de narrativa, ensayos, crítica literaria, directora de cine y teatro, además de activista política. La española Carmen Martín Gaite, quien fue ensayista, narradora para adultos e infantil, dramaturga, poeta, escribió guiones para miniseries, llevó una vida académica regular, se doctoró en la Universidad Complutense de Madrid y fue una excelente traductora. Ricardo Piglia, quien escribió narrativa, ensayos, además de participar en libros de diálogos o entrevistas, fue docente universitario e investigador, dictó talleres de lectura y escritura, seminarios, escribió el guión de una ópera basada en una de sus novelas (el de La ciudad ausente, con música de su entrañable amigo Gerardo Gandini), guiones de cine, dirigió colecciones de policial negro en dos etapas de su vida (para editorial Hachette primero, luego para Ed. Sudamericana, hacia los ’90, que quedó trunca) y de rescate de la literatura argentina, editó obras de escritores (como la de Rodolfo Walsh, con un Prólogo magistral), preparó una compilación de estudios sobre Hemingway tempranamente, participó de modo muy activo en revistas culturales y hasta insularmente llegó a ser traductor. Eduardo Pavlovsky, quien fue dramaturgo, actor, director teatral, médico psiquiatra por la UBA, introdujo el psicodrama en Argentina, fue psicoanalista, novelista. Copi, quien se encuadra dentro de este friso: actor, director de teatro, narrador, dramaturgo y guionista de historietas en Francia. David Viñas, quien escribió narrativa (en algunos casos sumamente ambiciosa), guiones de cine, dramaturgia, fue docente universitario de la UBA e investigador, escribió ensayos de crítica literaria o sobre sociedad. Noé Jitrik, en estrecha relación con Viñas en una etapa de su vida (integraron el comité editorial de la revista Contorno), egresado de Letras de la UBA, fue investigador y docente universitario en Universidades del país y del extranjero. Intervino en importantes debates y polémicas sobre política y sociedad desde diversos foros, como diarios, periódicos y revistas, escribió narrativa, poesía, insoslayables ensayos, no solo de crítica literaria, libros objeto y fue director del Instituto de Literatura Hispanoamericana de la UBA. Lo espléndido en caso de Jitrik, es que pese a estar retirado de su vida profesional, sigue en actividad, trabajando intensamente en nuevos proyectos editoriales e intervenciones públicas en medios de prensa o especializados. Constituye una autoridad de consulta. María Negroni, que es poeta (desde sus “libros de comienzos”), novelista, ensayista, escribe libros inclasificables, libretos de ópera (lo hizo a partir de su novela El sueño de Úrsula, una saga en clave feminista, ganadora del Segundo Premio Planeta), libros objeto, es traductora de varios idiomas, dirige revistas sobre poética y poesía, coordina la Mestría en Escritura Creativa de Tres de Febrero, dicta talleres de escritura, compiló antologías de poetas mujeres estadounidenses, es editora de obras literarias de otros autores (Susana Thénon, H. A. Murena, entre otros), se realizan animaciones o films a partir de sus libros, es Dra. en Letras por la Universidad de Columbia (EE.UU). Fabián Soberón, quien escribe narrativa, poesía, crónica, crítica, periodismo cultural, guiones de cine, es realizador cinematográfico, se dedica al trabajo académico y también cultiva la música. Y cierro esta lista me atrevería a afirmar que provisoria con un exponente mayor: Borges. Quien si bien se consagró a la literatura en forma exclusiva y exhaustiva, fue poeta, cuentista, ensayista, guionista de cine, firmó libros/objeto, escribió letras de milongas, compiló antologías de todo tipo solo (de la poesía gauchesca a la poesía argentina, de bestiarios a libros sobre el cielo y el infierno, de naturaleza temática, en especial bajo la forma de fragmentos). En colaboración, escribió cuentos y ensayos en coautoría, fue traductor, prologuista (es más, llegó al colmo de escribir un libro de Prólogos con un prólogo de prólogos), docente en la UBA en la cátedras de Literatura Inglesa y Literatura norteamericana. También escribió reseñas de films. Sus guiones fueron o filmados, como Invasión, por Hugo Santiago o permanecieron bajo la forma de libro (en Ed. Losada, Los orilleros y El Paraíso de los creyentes). Casi todos estos artistas han dictado conferencias en el país y en el mundo, han participado en congresos, seminarios, mesas redondas, paneles, presentaciones de libros, simposios, festivales o lecturas públicas de sus obras literarias. Escribieron o suelen escribir, como queda dicho, para medios de prensa o especializados. Fueron o son grandes productores de teoría crítica o literaria. Varios de ellos ganaron importantes premios, concursos o becas nacionales o internacionales. Concedo. La lista es desordenada, arbitraria (como toda lista literaria) y solo me incumbe a mí con seguridad, pese a la incuestionable excelencia de estos autores y sus respectivos proyectos creadores. Pero habla de una condición infrecuente pero también sumamente influyente: una cierta tradición de varones y mujeres de talento, naturalmente. Artistas y humanistas cuyos proyectos creadores son magníficos (de modo que participa para el caso fuertemente la variable del gusto, la afinidad, una sintonía con sus temas y sus tramas, el modo selectivo en que realizaron sus respectivas opciones). Pero también esta lista (que perfectamente se puede ver engrosada) habla de un don del que pocos son capaces: la plasticidad crucial para crear y recrear. Denota asimismo una infinita riqueza subjetiva. Y también da cuenta de que poseen dotes inhabituales para ejercer de manera unánime, culminante y elocuente varias dimensiones y prácticas de la cultura letrada. Son figuras que suelen salirse de los contornos nítidos dentro de los cuales (fundamentalmente la cultura de masas, pero aún la alta cultura en algunos casos) pretende hacerlos caer como en una celada, esto es, en una estereotipia que se pretende (incluso) prestigiosa. Erróneamente desde mi punto de vista. Son creadores y creadoras que requieren para un análisis crítico de perspectivas transdisciplinarias. Prueba de ello son estas figuras que se recortan en la constelación del arte, como atletas virtuosos. A los cuales admirar.


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