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Arturo Serna
Photo Credits: Ondřej Šálek ©

Contra el pragmatismo

Lo que me separa del pragmatismo de Richard Rorty: la ciencia y la poesía no son dos relatos que provienen de un mismo origen. La ciencia busca la verdad (y no considero aquí una definición metafísica de la verdad). Para la ciencia, verdad es descubrimiento, es algo que estaba ahí, cubierto, y que a partir de un trabajo minucioso, racional y experimental ha sido encontrado.

La poesía está relacionada con el trabajo “artesanal” con el lenguaje. Al poeta no le preocupa la verdad, no desea descubrir racionalmente la nuez de lo real. El poeta, es, fundamentalmente, el inventor de un «nuevo» orden verbal, un orden sintáctico y semántico. El poeta es un albañil, alguien que elabora un edificio, que construye con palabras.

Estoy en este punto en total desacuerdo con Nietzsche. Según el alemán, la causalidad es una interpretación. Para el científico la causalidad no es una interpretación. Podemos considerar a la causalidad como interpretación sólo desde el sentido práctico común, sólo desde la elemental vida cotidiana. El ámbito de la ciencia no se reduce a la superficie de lo cotidiano.


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