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alejandro saderman

Constelaciones

Hoy tuve que preparar tres DVDs con mis tres largos, GOLPES A MI PUERTA, 100 AÑOS DE PERDÓN y EL ÚLTIMO BANDONEON, para una “retrospectiva” (la palabra me da alergia) que tendrá lugar en la próxima edición del Festival del Cine de las Alturas, a celebrarse en octubre en la ciudad argentina de Jujuy.

Al revisar la copia de GOLPES no pude dejar de escuchar la música que acompaña el final de la película, y me produjo la misma emoción de siempre. Y en estas breves líneas quise dejar constancia de un conjunto de coincidencias, que a primera vista pueden parecer casuales, pero que esconden un misterio difícil de explicar y que a veces revela que los astros se alinean para que algunas cosas sucedan.

En mi casa reinó desde siempre la música clásica, y el compositor que presidió ese reinado fue Juan Sebastián Bach. Cuando me fui por primera vez de Argentina, en el lejanísimo 1959, me llevé un solo cassete de música, que contenía una obra de Bach para oboe y orquesta de cuerdas, la Sinfonía, de la cantata No. 156.

Muchos años después, en mi segundo exilio, esta vez en Venezuela, filmé en 1992 mi primer largometraje, GOLPES A MI PUERTA*. Con la película terminada convoqué para componer la música a Julio D´Escriván, que entendió perfectamente lo que yo esperaba de él y compuso una partitura que acompañaba y enriquecía las imágenes. Y cuando llegamos a la secuencia final le hice escuchar el cassette que me había acompañado en todos mis viajes, con la idea de pedirle que compusiera algo semejante en espíritu a lo que trasmitía la obra de Bach. La respuesta de Julio fue: “¿Y por qué no usamos al maestro?”. El compositor había muerto hacía muchos años, no había que pagar derechos de autor, claro. Bastaba con reemplazar la orquesta de cuerdas por un cuarteto, que se duplicaría en fase de masterización para darle más cuerpo a las cuerdas. Y para el oboe convoqué a Lido Guarnieri, un viejo amigo que había tocado en la Sinfónica de Israel bajo las órdenes de Zubin Meta y que vivía en Venezuela.

Me encontré con Lido y le hice escuchar el cassette. El oboísta de la grabación era el inglés Leon Goossens. Lido no pudo disimular la sorpresa: era la misma grabación que hacía escuchar a sus alumnos de oboe para explicarles lo que significaba tocar con excelencia ese instrumento. Años después Lido me confesó que se estaba quedando sordo, que no iba a poder seguir tocando el oboe, y que la grabación que había hecho para mi película había sido su canto del cisne.

Aquel viejo y gastado cassette terminó cumpliendo un destino que nunca pude imaginar cuando lo grabé y lo agregué a mi equipaje. Las brujas quizás no vuelen, pero que las hay, las hay.

(*) Anécdota al margen. El rodaje de GOLPES A MI PUERTA comenzó en Caracas el 3 de febrero de 1992. El 4 de febrero tuvo lugar el fracasado golpe intentado por Hugo Chávez. Temí por la continuación del rodaje, pero ese mismo dia 4 el equipo completo se presentó a la filmación. Faltó sólo el asistente de sonido, que vivía en La Guaira y no había podido llegar. Por razones obvias, ese dia tuvimos que suspender la filmación, pero la retomamos el 5, y no paramos hasta finalizar la película.

Buenos Aires, 28 de agosto de 2016

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