a Franco Mirra y Leandro Herrera
El cine registra el tiempo de un modo único. Y, por tanto, registra la muerte de un modo único.
El cine vence a la muerte en el sentido de que las imágenes sobreviven a la muerte de un individuo. Es decir, el hombre de carne y hueso está muerto pero en las imágenes cinematográficas no está muerto o al menos no está igual de muerto que en la vida. Y eso ya es una forma de no estar muerto, aunque sea de un modo virtual o parcial. El hombre está muerto y no está muerto en las imágenes. ¿Puede alguien estar muerto y no estar muerto a la vez? Si el cine logra generar un estado imposible, contradictorio, respecto al ser humano, entonces vence, en cierta manera, a la muerte.
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