En la postguerra a raíz de la ocupación aliada, se fueron acumulando en todo el territorio alemán, campos de entrenamiento militar. Muchos de los campos eran americanos o británicos, y luego fueron adoptados y abandonados por los gobiernos alemanes.
Con mas de sesenta años de antigüedad son pocos los vestigios que quedan de una sociedad marcada por la guerra. Hoy en día son pueblos vacíos, tanques oxidados y una inmensa cantidad de señales de transito, pequeños cementerios dejados al azar.