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Casciari el hipnotizador

La primera vez que oí hablar de él, fue en la redacción de Globovisión más o menos en 2006. Una mañana mi amigo Alejandro García me habló de un escritor argentino que se abrió un blog haciéndose pasar por una jubilada, y ganó el premio al mejor blog del mundo que otorgaba la DW. La historia me pareció fascinante, esa fue la primera vez que escuché de Hernán Casciari, y debo confesar que ya desde ahí comenzó mi proceso de hipnosis.

Tiempo después mi amigo Alejandro y yo dejamos aquel canal de noticias 24 horas y nos fuimos a una agencia de publicidad en Caracas, y creo que fue ahí, mientras tomábamos un café que “Ale” me contó que aquel escritor argentino, el que se hizo pasar por la anciana, ahora tenía pensado sacar una revista literaria sin publicidad, y encima en papel. Recuerdo que me reí y dije: “Está loco, seguro se va a fundir”. Poco después vio la luz Orsai, que, en el idioma de Mercedes, provincia de Buenos Aires, se refiere al término futbolístico “Fuera de juego”, y justo esto es lo que hacer Hernán, estar siempre en posición adelantada, buscando la manera de “hacerle quilombo” al status quo.

A los años navegando sin rumbo por YouTube me topé de nuevo con el “argentino loco”, y puedo decir que ahí, este tipo Casciari, siguió con su trampa hipnótica para quitarme mi dinero. Si la memoria no me falla, lo primero que vi fue “¿Cómo matar al intermediario, limpiar la escena del crimen, y encontrar una coartada creíble?”, donde Hernán cuenta la historia del nacimiento de “Orsai”.

Después me topé con “Una foto con mi padre”, uno de los relatos más emocionantes que he visto. En aquel momento mi padre aún no había muerto… de hecho cuando papá murió en Caracas, estando yo acá en mi casa de Buenos Aires, a los días, el hdp algoritmo de YouTube quiso que viera de vuelta a Hernán Casciari contándome de nuevo ese cuento, pero esta vez no lo dejé.

En lugar de ese vi “Mi hija quiere entender el sistema financiero”, donde Hernán le explica a su hija, cuáles fueron las razones que llevaron a que desplomaran las bolsas en todo el mundo. Ese material es un poema, pues en 22 minutos aprendes lo que no te enseñan 5 años en la facultad de economía.

Debo confesar que siempre me resistí a pagar algo de Hernán pues no me hacía sentido, ya que toda su obra antes de ser publicada, primero es ofrecida gratis en Internet. De hecho a manera de homenaje para con Hernán, cuando lancé mi primer libro “No se puede vivir sin humor”, incluí la opción de “pagué si le gusta”. Y comprobé que cómo dice Casciari “Si lo pones gratis en Internet venderás más”.

Mordí el anzuelo…

Ya viviendo en Buenos Aires, donde resido desde hace cinco años, nunca le presté mucha atención a lo que hacía el fundador de Orsai, sin embargo, hace algunas semanas “el gordo” (no el de la lotería, sino Casciari), se me apareció en Twitter.

El tipo estaba lanzando su libro más reciente llamado “6 meses haciéndome el loco”, y con la compra se lo dedicaría a las primeras 1000 personas que lo compren, por toda la eternidad, es decir, sin el libro se reedita 500 veces, tu nombre va a permanecer.

Aquella picardía quebró algo dentro mío, (por suerte no fue mi bolsillo) así que sin pensarlo lo compré. Quiero aclarar que el libro no está impreso aún, pero yo ya lo tengo dedicado, y encima con la compra del libro me regalaron el acceso a todos los streaming de Casciari correspondientes a mayo…

El Golpe final de Hernán Casciari.

El sábado pasado entré al primer streaming y fue maravilloso, pues a través del chat de YouTube y luego de más de una década de conocer a Hernán me contestó ¿Saben qué me dijo? “Bot tu abuela”, y sí, yo siempre queriéndome hacer el gracioso, irrumpí al chat gritando ¡Saluden al Both de Casciari!, a lo que Gabo Grosvald, quien opera el streaming me consultó: ¿Both, es bot?, y por su parte Casciari me recordó a mi abuela.

Para el siguiente Streaming, nos llegó un correo a todos los que asistimos al primer Streaming, para que subiéramos un video con alguna petición de cuento o saludo para Hernán y nuevamente, pero esta vez en video le mande saludo al bot. Y esto fue lo que me contestó Casciari apenas comenzó el segundo streaming de Mayo:

Minutos después, y como siempre hace, el gordo comenzó a leer sus cuentos. El primero me fulminó, se trataba de Una carta para Hugo Laurencena, y para la estocada final, proyectó un video de Hugo respondiéndole, que terminó haciendo llorar… Ya en ese momento no sabía yo quien era, y estaba dispuesto a darle todo mi dinero, al punto que era yo capaz de pagar la luz, el gas y hasta el internet. A lo dejar de pagar la manutención no me atrevo, porque mi ex es brava y le temo.

Retomando el relato, le cuento, que, cuando yo estaba dubitativo y preguntándome que era lo que me estaba pasando (obviamente ya estaba hipnotizado), Hernán Casciari hizo una jugada magistral: A través del WhatsApp me llegó un mensaje de “Yami” la de los hermosos rulos que decía: “Ya me compré toda la colección de Casciari ¿Tu la compraste? Aprovechá, mirá que está a mitad de precio” … ahí descubrí que Yami, esa linda actriz que conocí hace un año, era en efecto un agente encubierto de Casciari.

Fue así, como en un extraño episodio de hipnosis terminé comprando la colección de libros de Casciari, casi 15 años después de haber dicho “Este gordo se va a fundir y a mí no me logrará vender nada”.

Pero esto no termina aquí… después les cuento cómo, por culpa de Hernán Casciari me convertí en productor asociado de una película latinoamericana.


Photo by: Hernán Casciari ©

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