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alan riquelme
Photo by: Cezary Borysiuk ©

Carta apócrifa de Ernesto «Che» Guevara

Y aquí me encuentro, sentado frente a un escritorio lleno de libros y ensayos socialistas, ubicado al final del largo pasillo de esta casa en Praga. Me acompañan «Fisín», y una máquina de escribir en la cual redacto cartas al comandante en jefe. También mi crítica al régimen político y económico soviético, y al socialismo en el Congo. Ruego que, luego de concluido este ensayo, no se transforme en una más de esas críticas censuradas por décadas por el mismo partido político de uno.

Praga, junio del ’65, cobijándome en el corazón de la Checoslovaquia comunista. Y entendiendo paulatinamente que el comunismo, no es lo que pretendía que fuera. A este paso, más temprano que tarde, el capitalismo volverá a tomar el control financiero mundial. O bien, éste será un régimen igual al que vengo combatiendo.

Praga, en tu tranquilidad encuentro algo de una paz, que había quedado olvidada en algún sitio de Latinoamérica mientras viajaba en motocicleta ¿Será aquí, en Praga, donde luego me inventarán mi última amante? Dirán que he conocido a una cantante soprano con quien suelo encontrarme. Pero ¿cómo podría yo andar con mi disfraz a cuestas sin que ella se diera cuenta? ¿Cómo podría yo salir con una mujer si llevo una joroba y una prótesis dental que no me dejan espacio para moverme con normalidad y encima calvo por obligación? Por mal que le pese a muchos, soy fiel a mi ascetismo, un revolucionario debe entregarse completamente a la revolución, y esa es mi decisión inapelable.

Ya llevo casi seis meses aquí, con el frustrado paso por El Congo a flor de piel, dejando mucho por analizar. Mi carta al pueblo cubano renunciando a los cargos políticos y la posterior lectura de esta misiva a micrófono abierto por Fidel, me han dejado un sabor amargo en el paladar ¿Podrá entenderme el pueblo cubano? Es que, si hay cosas que no puedo tolerar, son las medias tintas. Algunos negociados con la URSS me hacen demasiado ruido. No quiero ni pienso formar parte de un sistema que emplea la corrupción y la venta de armas, en nombre de la revolución. Creo firmemente que, si la URSS va a colaborar con la revolución, pues que lo haga desinteresadamente.

Pensando en la revolución, ¿Que me deparará el futuro en tierras bolivianas? Siento los pasos de la CIA sobre mis espaldas. Por el momento estoy tranquilo en Praga, pero pronto debo partir otra vez a la guerrilla, y allí me pondré nuevamente frente a frente con el enemigo en la primera línea de fuego. Quizás, si todo anda bien en Bolivia, ya pueda acercarme a mi Argentina querida que tanto extraño. Y volver a ver a mi madre y a mis hermanos. A veces pienso que a Cuba le sirvo más afuera que adentro. Debe ser por la costumbre de andar diciendo mis opiniones sin pelos en la lengua. A mi comandante en jefe ya no le agrado tanto cuando a quién cuestiono es a él.

El tema es hoy, que soy quien soy. Ya no puedo resignarme ante el imperio, y si es con mi vida con lo que tenga que pagar, pagaré mi deuda ante los más necesitados.

Ramón Benítez


Nota: según varias biografías acerca de Ernesto “Che” Guevara, el nombre de Ramón Benítez Fernández era el que utilizó en un pasaporte falso uruguayo para viajar, antes de su muerte, sorteando varias fronteras internacionales, y burlando los servicios de inteligencia de la CIA.


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