CARACAS: Recientemente el humorista y politólogo venezolano Laureano Márquez publicó una carta en donde se dirigía al Papa Francisco. En la misiva pedía a su santidad que aconsejara a nuestros gobernantes para que mejoraran las condiciones de vida de los venezolanos (ojo, de todos). Por lo visto, y guiándome por los discursos de Francisco durante su viaje por Ecuador, Bolivia y Paraguay, parece que el papa leyó la carta de Laureano.
Ahora con esa fe que Márquez le escribió al sumo pontífice (esto sería un gran nombre para un jugo, ¿no?), yo le escribo al propio Laureano para reclamarle algunas cuantas cosas que tenemos pendientes.
A Laureano me vinculan desde niño, pues muchos en mi familia me decían: “Te pareces a ese cómico de Radio Rochela, el que imita a El Tigre Eduardo Fernández y que hace de Francisquito el hijo del “Portu Francisco”. Tiempo después durante una convención celebrada en el Mare Mare de Puerto La Cruz por allá a principios de siglo; lo saludé después de una presentación y él me dijo: “Chamo eres mi clon, hasta pareces hijo mío”. Cosa que he negado hasta la saciedad, sobre todo cuando ocurrió aquel episodio de la multa (no fuera a ser que me tocará a mí pagar algo por aquello de ayudar a la familia).
Ya como periodista, el destino quiso que Laureano fuera la primera persona que entrevistara profesionalmente, hace ya varias lunas (y varios kilos también. Perdidos por él y ganados por mi… En resumidas cuentas lo considero un mentor (y también un mentador de madre, tipo normal, como todo mundo).
En fin para no hacer tan larga esta carta, que más que carta es reclamo, a ti te digo Laureano, no la dejes de leer:
A familiares y amigos
Del Sr. Laureano Márquez
Háganle llegar este escrito
Díganle que es importante
Oiga admirado Laureano
Hoy no vengo a saludarle
Tampoco a estrechar su mano
Vengo yo hoy a reclamarle
Desde hace 10 años al menos
Creo que desde estudiante
Trabajé y me preparé
Para parecerme a usted
En una reconstituyente
Amable te me acercaste
; “Eres igualito a mi” (dijiste),
Solo tienes que engordarte
Para que seas mi doble
Te ayudo yo a transformarte;
Dejé el gimnasio, el karate
Pues, te tenía en un nicho
Abandoné hasta la dieta,
Y dije: “a comer se ha dicho”;
Entre tanto tú, Laureano
Gran humorista de oficio
Dejaste la comedera
Y empezaste el ejercicio.
Yo me puse como un tobo
Tu bastante estilizado
Comenzaste a ganar plata
Yo me quede desempleado.
Ojalá recapacites
Y nos pongamos de acuerdo
Está bien, haré ejercicio
Tú no engordes como cerdo.