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andrea arroyo
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Campo EneAMIGO

Abril es el Mes de la Concientización sobre la Agresión Sexual.  

Cuando el movimiento #MeToo estalló en la conciencia estadounidense el año pasado, pensé que finalmente veía la luz al final del túnel. Estaba segura de que al reconocerse la prevalencia de la violencia sexual se iba a generar un cambio cultural que mejoraría las vidas de las mujeres. 

Me llené de energía al ver a tantas mujeres levantando sus voces en un mundo que las escuchaba. Sí, el cambio se está suscitando, por fin estamos avanzando. Aunque nunca será fácil, las mujeres nos sentiremos lo suficientemente seguras para hablar cuando seamos hostigadas, atacadas o discriminadas, y se nos creerá y apoyará. 

La cruda realidad me sacudió recientemente, cuando un hombre, al que consideré amigo cercano durante décadas, me manoseó aprovechando que su esposa y mi esposo miraban hacia otro lado. En ese instante, con una flagrante violación de mis límites personales, se cruzó al campo enemigo. 

Como todas las mujeres con las que he hablado, he sido el blanco de este tipo de violencia sexual antes. Pero parecía imposible que un amigo –un prominente progresista- me hiciera algo tan vil. Si no estoy a salvo con mis mejores amigos, con «los buenos», ¿estoy a salvo en algún lado?  

Cuando lo confronté, se disculpó (más o menos), pero al mismo tiempo hizo todo lo posible por manipularme para que sintiera lástima por él, y lo logró. 

Me dijo que su sufrimiento por lo que me había hecho era tan grande, que había pensado en el suicidio. Agobiada por un terrible sentimiento de culpa y motivada por la compasión, decidí proteger a todos los involucrados, excepto a mí misma. Hasta que volví a ver su rostro, y me di cuenta de que lo único que este individuo había estado haciendo era protegerse a sí mismo. Él era uno de ellos. 

Él explotó bien su privilegio de hombre blanco, primero sintiéndose con derecho a agredirme, y después machoexplicando, manipulando e incluso haciendo referencia a su poder y posición («He dedicado mi vida a luchar contra el sufrimiento humano”,  “Puedo salvar muchas vidas»). 

La violencia sexual se usa para ejercer control y los depredadores saben aplastar el espíritu de sus víctimas para mantenerlas calladas. El silencio protege a los perpetradores y fomenta la cultura de impunidad. 

No hay transgresiones de violencia sexual “menores” porque cada una tiene un impacto mayor. El manoseo no es inconsecuente ni normal. Necesitamos llamarlo lo que es, un crimen. 

En un clima donde un depredador sexual fue electo líder de nuestra nación, necesitamos –por principio- defender la dignidad humana, la verdad y la justicia. 

El movimiento #MeToo es poderoso, sin embargo, los hombres necesitan generar el cambio desde dentro, sugiero que comiencen con #YoTambiénLoHice o #ResponsabilizaréAmisCompañerosHombres 

Elijo vivir en la verdad. Haré todo lo posible para protegerme y para abogar por otras mujeres, porque tenemos derecho a vivir sin violencia.  

No es fácil, pero somos aguerridas y continuaremos resplandeciendo, hasta cegar a los canallas con nuestra luz. 


HAY AYUDA DISPONIBLE. Si ha sido víctima de violencia sexual (recientemente o en el pasado), hay recursos disponible: El Departamento de Policía de Nueva York acaba de lanzar «The Call Is Yours», una campaña para alentar a los sobrevivientes de delitos sexuales a reportar incidentes a la policía.  

«En este clima donde las víctimas de asalto sexual en todo el país, están pensando en eventos y crímenes que les ocurrieron en el pasado y se preguntan si deben o no reportar, queremos que sepan que estamos abiertos al público, ningún delito es demasiado distante, cada uno de ellos será investigado», dijo Susan Herman, comisionada adjunta del NYPD para la policía colaborativa.  

El NYPD tiene detectives entrenados especialmente para entrevistar a víctimas de agresión sexual y están para escuchar. Informar a la policía puede llevar al perpetrador ante la justicia, prevenir futuros ataques y conectar a los sobrevivientes con recursos importantes. Se alienta a cualquier persona que sea un sobreviviente de agresión sexual a llamar al 911 o a la línea directa de 24 horas de la División de Víctimas Especiales del Departamento de Policía de Nueva York al 212-267-Violación (7273). 

Sitio web: www1.nyc.gov/site/nypd/news/pr0406/nypd-launches-campaign-encourage-sex-crime-reporting 

Safe Horizon: www.SafeHorizon.org 

Centro Nacional de Recursos contra la Violencia Sexual: https://www.nsvrc.org 


Andrea Arroyo

Andrea Arroyo es una galardonada artista visual, curadora y activista afincada en Nueva York. Su obra se enfoca en temas de justicia social, se exhibe y colecciona a nivel internacional, y ha sido publicada en The New Yorker, The New York Times y The Manhattan Times, entre muchas otras publicaciones.  

Ha recibido premios como Artista Ciudadano Global de la Iniciativa Clinton, Premio Ranan Lurie de las Naciones Unidas, Mujer Excepcional de Nueva York, Líder del Siglo 21, Artista Oficial del Latin Grammy y Latina Innovadora en las Artes, entre otros. 

Sus proyectos incluyen obras para el Museo Internacional de la Mujer, el Museo Morris-Jumel y La Fundación de Mujeres de Nueva York.  

Arroyo es la creadora de “Elección Antinatural: Respuesta Artística a la Elección Presidencial”, un proyecto artístico con la participación de más de 250 artistas internacionales y es también co-curadora de OppArt, de la revista The Nation. Visite: www.andreaarroyo.com 


Este artículo fue publicado anteriormente en The Manhattan Times  

Photo Credits: Andrea Arroyo, www.andreaarroyo.com

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