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Búscate un oficio

Por estos días he recordado mucho al Sr. Miguel Hlushko, un vecino de mis abuelos en Los Magallanes de Catia. Miguel era un inmigrante ucraniano; de esas personas trabajadoras que nos regaló la posguerra y que ayudó a construir lo que una vez fue, la hermosa Caracas.

Él había sobrevivido a la II Guerra Mundial gracias a su oficio de soldador. Me contaba que durante la guerra, vivió en el campo de concentración de Dachau (Alemania) soldando y remachando los aviones de la Luftwaffe.

Con mi vecino ucraniano hablaba casi todas las tardes, pues él se sentaba en un banquito en la puerta de su casa a ver pasar los carros, y yo cruzaba la calle, y me sentaba a su lado a escuchar sus historias.

Una de las conversaciones que más recuerdo fue aquella cuando le conté que al graduarme de bachiller, quería ser cineasta o periodista. Miguel se me quedó viendo unos minutos y me dio un consejo que en ese momento no aprecié, pero que hoy valoro mucho: “Búscate un oficio”.

Yo me quedé pasmado porque pensé que se alegraría por mí. Le expliqué que a mí solo me gustaba leer, escribir, el cine; y que además era algo torpe con los trabajos manuales. Miguel entonces me explicó:

– Juancito tú debes estudiar oficio, porque cuando tu ser carpintero, albañil, herrero o soldador, tú lo eres en cualquier lugar. Además oficio salva vida.

– Pero Sr. Miguel, ¿cómo un oficio puede salvarte la vida?

– Cuando alemanes llegan a mi pueblo censaron a personas, separando a profesionales (maestros, músicos, poetas, abogados) de los oficiantes. Quienes teníamos un oficio nos salvamos, los otros no corrieron con la misma suerte.

Me quedé de una pieza, no toqué más el tema. A la vuelta de los años me doy cuenta que Miguel no estaba equivocado pues hoy son muchos los médicos, periodistas, abogados (y otros profesionales) que toman cursos de panadería, mecánica, soldadura, bartender para buscar una nueva vida que acá no pueden tener, y tal vez, sin saberlo… están salvando sus vida.

Así que no está demás, como decía mi amigo Miguel Hlushko, búscarse un oficio.


Photo Credits: Hernán Piñera

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