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Alexander Almarza
Viñeta por: Alexander Almarza

Buscando la señal del satélite por favor espere

Escribir esta columna me costó mucho, por lo que significó para mí el cierre de operaciones de DIRECTV Venezuela, la verdad no creí que me afectaría tanto. Sé que muchos dirán “Pero Juanette, no seas tan dramático, es solo una empresa”; y lo que pasa mi querido amigo lector (o lectora), es que ese fue mi primer trabajo. Es más, si algún día se escribiera mi biografía, mi paso por DIRECTV tendría que estar porque mucho de lo que soy hoy, es gracias a la empresa y a la gente con que trabajé en esa organización.

Todo comenzó en 1997, cuando mi tío Antonio Colmenares “Merejo” me pidió un CV para ayudarme a conseguir un empleo. Nadie me lo ha confesado nunca, pero creo que en mi familia se fraguó un plan para que yo trabajara, pues además de contar con 17 años, tenía la idea loca de estudiar cine. Supongo que mis padres temían que no pudiera vivir del séptimo arte (cuanta razón tenían) así que mi tío me ayudó a entrar en aquella compañía de la Organización Cisneros.

Recuerdo que en el primer contacto me entrevistó Marielsy Pérez y poco después me llamó Eva Araujo. Fue así cómo comencé a viajar de Catia a Las Mercedes, primero en Metro y a los años en mi primer automóvil, que compré gracias a mi trabajo en DIRECTV.

Al principio empecé como operador de Atención al Cliente los fines de semana, y debo confesar que para mí ese no era un trabajo porque teníamos una TV para hacer pruebas, que también aprovechábamos para ver: Casado con Hijos, Tres por Tres, Salvado por La Campana, y los partidos de futbol y béisbol. Es más, bajábamos al CADA de Paseo Las Mercedes y nos apertrechábamos de golosinas, todos queríamos trabajar más horas, no solo por el pago extra, sino para divertirnos. En ese entonces el cable no existía y para ver canales del extranjero tenías que tener una antena parabólica.

DIRECTV no fue sólo un trabajo, fue una filosofía de vida. Entré siendo un niño, cargado de muchos sueños y metas. Y me fui siendo un profesional, con dos carreras terminadas (que pagué gracias a DIRECTV), con una familia y con dos hijos.

Además, estando en DIRECTV, viví 3 mundiales de futbol, varias copas de campeones, la elección de un Papa, el terremoto de Cariaco, La toma de rehenes en San Román, la tragedia de Vargas, el atentado de Las Torres Gemelas en Nueva York y la guerra en el Golfo Pérsico, entre otros. Pero no sólo viví momentos históricos, sino que conocí a personas maravillosas, que fueron además de compañeros de trabajo, amigos entrañables que aún hoy conservo.

Lamentablemente hace unos días, los miembros de esa gran familia de “Sangre Azul”, no solo los que quedaron en Venezuela, sino los que estamos por todo el mundo, recibimos una muy mala noticia: 600 familias se enteraron por un correo electrónico que se habían quedado sin trabajo, pues DIRECTV dejaba de operar en Venezuela.

Pero ¿Por qué cerró? podría decirse que DIRECTV Venezuela fue la víctima del conflicto político que afecta nuestro país desde hace muchos años. Horas después, el TSJ daba la orden de que fueran intervenidas por CONATEL todas las oficinas y el centro de transmisiones y a la junta directiva se le prohibió la salida del país. (Acá quiero expresar mi solidaridad con Rodolfo Carrano y Hector Rivero, hombres honestos y trabajadores a quienes conozco desde hace muchos años).

Poco después, la junta interventora pedía a DIRECTV que restableciera la señal ¿Por qué? Porque usted puede tomar las oficinas y el centro de transmisiones, pero la señal se sube desde Estados Unidos… Podría decirse que, una vez más, el gobierno de Maduro se quedó “Buscando la señal del satélite”

Quiero cerrar esta nota diciéndole a mis compañeros de DIRECTV: Recuerden que, aunque ya no estemos en la compañía, siempre, sin importar a donde vayamos, tenemos que seguir adelante “1 Km más”.


Viñeta por: Alexander Almarza ©

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