Esta coproducción de Netflix y BBC 2 que trata de asuntos relacionados con la Corte Penal Internacional, salió al aire en Reino Unido en septiembre de 2018 y se estrenó mundialmente en enero de 2019.
Protagonizada por la actriz Michaela Coel, de origen familiar en la República de Ghana, se desarrolla entre Estados Unidos, Europa y África y nos cuenta una historia compleja y apasionante, la de Kate Ashby.
Kate Ashby fue criada en Gran Bretaña por su madre adoptiva, Eva, (Harriet Walter) pero nació en Ruanda y fue rescatada como una niña pequeña del genocidio. Siguiendo los pasos de su madre, una respetada fiscal británica en derecho penal internacional, Kate trabaja como investigadora legal para Michael Ennis (John Goodman). Cuando Eve se enfrenta a un caso en el que se procesa a un líder de la milicia africana en la Corte Penal Internacional, Michael y Kate se ven involucrados y sus vidas cambian para siempre.
La serie de 8 capítulos, escrita y dirigida por Hugo Blick, se interna en los laberintos del proceso de Justicia internacional que se ocupa de los crímenes de lesa humanidad, y se centra en el genocidio ocurrido en Ruanda en 1994, cuando el gobierno hegemónico de la tribu Hutu exterminó sistemáticamente alrededor de 500,000 personas de la tribu Tutsi en 5 meses, algo así como el 75% de la población total de dicha tribu, la minoría hasta entonces más numerosa en el pequeño país africano.
Sería inútil, además de inapropiado, hacer un relato que incluyera todo lo que ocurre en la serie, pero es preciso remarcar que esa realidad, lejana hasta ahora para los países de nuestra región, cobra repentina vigencia en el caso de un país como Venezuela, que vive en estos momentos la transición entre un régimen genocida y una versión todavía experimental de democracia. Tarde o temprano (esperemos que la aceleración de los tiempos procesales también se manifieste en la Corte Penal Internacional) estaremos presenciando el juicio donde los que hoy detentan cargos importantes del régimen dirigido (al menos en apariencia) por Nicolás Maduro, estarán en el banquillo de los acusados como en su momento Jean Pierre Bemba ( república Democrática del Congo), Uhuru Kenyatta (Kenya) o más recientemente Slobodan Milošević (ExYugoslavia) o Jean-Paul Akayesu (Ruanda) para quienes se establecieron tribunal especiales, dadas las características peculiares de sus casos.
Como informa BBC, Argentina, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Canadá solicitaron a la fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) que investigue supuestos crímenes de lesa humanidad y abusos a los derechos humanos ocurridos en Venezuela desde el 12 de abril de 2014 bajo el gobierno de Nicolás Maduro.
Nunca antes desde la entrada en funciones de ese tribunal con sede en La Haya (Holanda) en 2002, se había dado el caso de que Estados parte del Estatuto de Roma, la norma internacional que creó la CPI, pidieran abrir un procedimiento contra otro estado miembro.
Valga esta nota extra-cinematográfica como aliciente para invitar a los espectadores a ver esta muy bien producida y actuada serie de ficción, en la que sin embargo se muestran situaciones y personajes que bien podrían asemejarse a la realidad que un día tendrá como protagonistas a ciertos políticos que hoy participan en el proceso de pugna que se vive hoy en Venezuela.
Photo Credits: Netflix ©