¿Cómo una persona nacida en el lado malo de la barrera consigue encontrar la fuerza para cambiar su vida y la de los demás? Esta pregunta me persigue desde que ha empezado The Nomad Creative Projects.
En el barrio Simón Bolívar, uno de los barrios de Bogotá donde reinan los vicios, existe una luz que se llama Bhustak. Bhustak, un artista hip-hop, hace 17 años decidió cambiar el rumbo de la vida suya y de los demás a través de la cultura hip-hop. Lo logró gracias a su Fundación.
Photo Credits: Séverine GrosjeanCuando escuchamos la palabra hip-hop, pensamos en todos los estereotipos de una cultura juvenil “violenta” y en conceptos como vulgaridad, pobreza, falta de educación, sexualidad. Sin embargo, el hip-hop es una filosofía de vida, una cultura con un mensaje de paz, con principios teóricos y prácticos. Para Bhustak, el elemento esencial de la cultural hip-hop es el conocimiento. El conocimiento permite realizar cambios y formar personas éticas y educadas. Transforma la violencia física en violencia verbal. “En lugar de luchar con armas, recite el alejandrino y vea quién es el mejor”.
La Fundación de Bhustak permite a niños y niñas cantar y bailar sus dolores y sus esperanzas. La casa de Bhustak donde se encuentra la Fundación, acoge “la escuela de la vida” que agrupa diversas disciplinas: el grafiti, el rap, el breakdance, el MC, el DJ. Los miembros son unidos y crean un nido de confianza que algunos jóvenes no tienen en su familia.
Photo Credits: Séverine GrosjeanCon pocos recursos, a veces con la ayuda de instituciones públicas, Bhustak ha creado una red de escuelas de hip-hop en la ciudad con un proyecto llamado “El programa 40 por 40”. En diversas escuelas se enseña este lenguaje poco convencional pero adaptado a las problemáticas de los jóvenes de los barrios olvidados de Bogotá. El aprendizaje es mutuo entre profesor y alumno. Cada uno aprende a hablar y comportarse según los valores del hip-hop: respeto, solidaridad, formación y transformación. La Fundación Bhustak ha creado lazos de confianza gracias a un territorio musical desconocido. Este intercambio de conocimientos es una oportunidad para que cada joven absorba, entienda, construya y reflexione sobre lo que quiere ser en el futuro.
Gracias a su Fundación de hip-hop, Bhustak permite a cada niño y niña de superar problemas y dolores, de convertirse en un líder para su comunidad y construir una cadena que promueva una transformación social positiva.
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