Desde la terminación de la guerra contra España en 1898, la base naval de Guantánamo se ha constituido en una espina en el costado de Cubaque nos enerva e incomoda, que fue impuesta y “aceptada” a regañadientes, pero que hoy no es necesaria, y por las parábolas de la historia, puede convertirse en el “bitcoin”, la moneda de cambio, para nuestra plena libertad del bloqueo externo e interno que sufrimos.
Muchas veces la disidencia cubana ha adolecido de programas concretos y factibles para su evolución, y como alternativa evidente y sensata en ese sentido, propongo esta variante para lograr un apoyo superior que la proyecte con efectividad, tanto nacional como internacionalmente. Y he aquí una alternativa a exponer que puede comprometer a ambos gobiernos, el cubano y el estadounidense, en aras de lograr una estabilidad lejana de la discordia que desde 1959, atenaza ambas gargantas, y de la cual, ambos han salido y son perdedores hasta la fecha.
Expongamos en una ecuación simple la siguiente plataforma política, exijamos ante la audiencia internacional, que USA se comprometa en el término de un año a entregarnos los terrenos de la base naval, y el actual gobierno cubano a permitir otros partidos, prensa independiente, y hacer en el término de un año elecciones libres monitoreadas por la ONU. No estamos ajenos a que los pesimistas enseguida dirán, que este “trade político” no es como intercambiar canicas entre niños, pero justamente muchas veces las mejores soluciones son tan simples como esta, y las mismas se encuentran al alcance de nuestras manos, solo que hay que trabajarlas. ¿Acaso Panamá entretejió un complejo entramado con USA para la devolución del canal, que, dicho sea de paso, económicamente es mil veces mas representativo que la dichosa base?
Si nos placen las complicaciones sigamos entonces por el mismo camino, y se cumplirá el vaticinio de un amigo que dice, habrá otros 60 años sin solución entre USA y Cuba respecto a su política exterior. Simplifiquemos la tarea, comencemos y pongamos sobre la mesa de discusión esta alternativa, y la vida nos dirá en qué bando estaba la razón.
Si alguno de los dos gobiernos no cede, la comunidad internacional sabrá juzgarlos.