La acción del vuelo no discrimina accidente o intención. No existe asidero que valga, pero el placebo de las pequeñas... Sigue leyendo
Orne Cabrita
Soy una masa de acrílico, madera, piernas, labios, abrazos y despedidas.
A los 6 años escuché mis primeros disparos, en El Llanito. Mamá cargó el revolver y con sus 7 meses de embarazo sacó a los ladrones de casa. Ella es mi primera heroína.
A los 8 me picó un bachaco, de los culones, en El Cafetal. Mi abuelo me dijo que cerrara los ojos y escuchara las chicharras, y me curó la herida en el porche, queso paisa en cuadritos y el abrazo más huesudo y sincero, petito.
A los 12 nos tuvimos que ir de casa, ya no era nuestra casa, Prebo. Papá me dijo que si en la vida había que comer mierda, al menos uno tenía que decidir como y cuando se la comía, papá es mi único héroe.
A los 15, el primer cigarro en el repoín y ella me besó. El amor, lesbianismo en el tercer mundo, los panas, la música, el skate, el ARTE, El Trigal, El Recreo, La Av. Bolívar... Chávez, La Oposición, el 11 de Abril, La Guardia Nacional, los caminos verdes. Maiquetía.
Ahora 29, casi 30... Barcelona, el autoexilio, el guayabo, lo nuevo, las posibilidades, más piernas, más labios, más abrazos... más arte.
– el disparo es mala escuela – si vas muy rápido, la sensación es de estar suspendido – sentarse sobre... Sigue leyendo