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Armando Noriega
Armando Noriega

Armando Noriega: Delito habitual

Estado de México, 1988. Armando Noriega es periodista y promotor cultural. Director de la Revista Cultural Mood y Presidente de la Fundación Internacional de Arte y Cultura. Ha publicado en el libro Letras azules y emociones doradas: V antología literaria de profesores del CCH por la UNAM.

 

¿Cómo describirías a Mood Magazine dentro de la comunidad de revistas y gestiones literarias que existen en las redes?

La defino como un complemento y apoyo a los esfuerzos realizados por otras gestiones. El objetivo de Mood es difundir y promover voces e ideas; así como, ser un espacio abierto a todo pensador consolidado, en el camino y, por supuesto, a los que inician este andar.

 

¿Cuál crees que es el aporte fundamental de esta hermosa revista dentro de la galaxia de propuestas culturales existentes?

El aporte fundamental es, simplemente, ser un principio o, ser el primer escalón de una trayectoria.

 

¿Mantienen relaciones o cooperaciones con otras revistas literarias de las Américas? Te he visto muy activo en las redes a través de diferentes eventos y lecturas organizadas por Mood Magazine durante el año que ya termina, ¿Qué tan importantes son los eventos literarios para la difusión de la valiosa gestión de Mood Magazine dentro del mercado cultural mexicano y latinoamericano?

Sí. Tenemos grandes amigos nacionales e internacionales. En México puedo mencionar a Cardenal Revista Literaria, dirigida por los poetas Mateo Mansilla-Moya y Ricardo Plata. Con Diana Ramírez, directora de la editorial LibrObjeto, también se planea algo a futuro. En Chile se ha trabajado de forma exitosa con Tierra Culta Atacama.

La pregunta sobre la importancia de los eventos culturales es valiosa. A pesar de la situación que se vive a nivel mundial, lo virtual, lo digital y, por ende, las redes sociales y las plataformas de streaming, han sido de uso cotidiano y necesario para seguir brindando un espacio a las distintas formas de pensar. Ayuda, claro, el poder llegar a un público más amplio y la capacidad de conexión entre artistas, organizadores y países.

 

¿Cómo ha ido cambiando tu escritura poética a lo largo del tiempo, desde sus inicios hasta el 2020?

Estudié periodismo, y es lo que más escribo o, escribía. Ahora al estar dirigiendo un medio de comunicación y a la par una fundación, me ha faltado tiempo para retomar la escritura. En los últimos 3, 4 años he escrito unos cuantos poemas (muy amateurs) que han tenido la fortuna de ser publicados en El Universal, Cardenal, El Golem y en un libro de poesía y narrativa que publicó la UNAM este 2020. Aun así, en el trabajo de seguir escribiendo, poco o mucho, y con ayuda de grandes amigos y escritores, creo que sí ha habido un cambio. Pequeño, pero cambio al final de cuentas.

 

¿Cómo entiendes el aprendizaje poético a través de tu obra y de los poetas que más admiras? ¿Crees que por las particulares circunstancias de este 2020, que nos abandona como un cometa furioso, has podido descubrir otras formas de poetizar, de hacer poesía?

A pesar de haber leído unos cuantos libros de teoría literaria, poética y narrativa, el aprendizaje siempre va a estar en la misma poesía, en los mismos cuentos, las mismas novelas; las enseñanzas y experiencias de los escritores que han dado su vida a las letras. He aprendido más de ellos al leerlos que en algún ensayo literario o de estructura teórica.

En este confinamiento eterno, he aprendido a re-descubrirme, re-educarme y re-estructurarme. Me dejó conocer lo más oscuro de mi interior, de mis pensamientos y de mis emociones, y como decía Jung, me ha enseñado a iluminar esa oscuridad. De ahí, han surgido algunos textos periodísticos como una que otra crónica y, por supuesto, algunos poemas.

 

Delito habitual

Siento la taquigrafía
helada
discreto anhelo
inocente leyenda
cruzando el
deseo de
privar ajeno
equilibrio.

Titubeo la voluntad
de perversas decisiones
pactadas en insano
juicio.

Exploro nuestros
cuerpos
a luz de la vigilia
con la culpa
entre
sábanas.

 

Palabras

Las palabras son tacañas. Justo en que uno juzga ser poseedor de éstas,
masticando un sagaz ataque, se diluyen en la nada.
Resucitan al tiempo que ya no se necesitan.

II

En la frontera que disgrega la tinta del papel,
entre lamentos desesperados,
se desvanecen en la mudez del pensamiento.

 

Engaño de una vida sin anhelo

¿Has contemplado
perturbarse al mar
una mañana sigilosa
sobre trágico desenlace
de tu anhelo a seguir
el juego
y
en ese trance
los bullicios internos riñen
cuales guerreros bélicos
por darte una postrera trastada
para escoltarte
en el ruedo?

 

Poemas breves:

No es culpa de
aquella piedra, es
falta de razón.

*

Luz inmensa
deslumbra la vista
del desvelo.

*

En tu florecer
habita el vacío
marzo frío.

*
Licor ardiente
en aquel verano de
tormentas secas.

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