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Según voy de camino

Antología para un poeta universal: ‘Según voy de camino’, de Alencart

Ensamblados a la reflexión del poeta colombiano Juan Mares se publican los collages que el cubano-español Luis Cabrera Hernández, destacado artista plástico, realizó para acompañar a los diez poemas del reconocido poeta peruano-español Alfredo Pérez Alencart, incluidos en la antología multilingüe ‘Según vamos de camino’, recientemente publicada en Chile, para descarga libre. Agradecemos a los autores su opción por Viceversa.

 

Antología para un poeta universal

‘Según voy de camino’ es una antología de diez representativos poemas de los tantos que Alfredo Pérez Alencart ha venido desgranando en sus siete textos ofrecidos, a públicos de distinta índole y matiz y llegando a estos tras las obvias traducciones, en diferentes idiomas: traducciones realizadas por quienes luego de haber leído desean compartir el cereal de las palabras para que el polen circule y fecunde sensibilidad. No otra verdad la historia. No otro asunto te pide el poema, no otra caricia la poesía.

Evocar los días edénicos, allí donde está la patria según nuestro queridísimo Rainer María Rilke:

Fue en el tiempo de la infancia.
Fue cuando se tejen asombros
a la luz de las luciérnagas.

Enhebrar ideas como pensamientos, como descripción de un paisaje interior, como apreciación estética de la duermevela ante los acontecimientos del mundo; esculpir el poema donde esté la huella de la experiencia cotidiana, sin que se pierda la gracia de la palabra que testimonia las energías del corazón, el alma y el cerebro para predicar lo sagrado, vislumbrar la esencia del ser sin fanatismos, articular la fuerza de implosión y la capacidad de explosionar el silencio en ondas, para que todo ello demarque el poema, y entonces: la poesía. Octavio Paz evocando a Nietzsche nos hablaba de la función del lenguaje en las palabras en cuanto a “…virtud, verdad y justicia”, que no es quedarnos a contemplar la belleza de la mariposa flotando con sus colores sobre un jardín florecido, sino taladrando con el vértigo del ojo las profundidades de nuestra conciencia frente al otro, los otros y lo otro. Ese pájaro de fuego y de aleteo constante en la cima de nuestro Yo para luego bajar hasta los acantilados entre el tronar de las olas contra las rocas. De resto, lo demás puede ser ripio de un grito al vacío.

Y aparece el poema de la buena nueva, a la manera del profeta, algo que dulcifica en torno a la esperanza, pájaro de buen augurio como el “colibrí” que pasa por entre los hematíes del poeta, como una vibración que estremece el alma ante lo bien amado en el mundo. Algo regresa para enseñarnos la vida tras lo vivido:

Enardecidos amaneceres
abren senderos para el retorno
emprendido.

Ahora es el ofertante, sumo sacerdote brindando a manos llenas, pero no para el desperdicio, como el predicador de las buenas maneras:

Con los ojos del amor
y la voz purificada por el tiempo.

Nada nos deja al albur, enfrenta al anfitrión de la ciudad para aprovechar los dones y no desperdicie los que ofrece el huésped, que no haya derroche en la abundancia, como una metáfora de la parábola del caminante, cada detalle según su pertinencia:

No quiero que manchen nuestra mesa
al servirse a manos llenas.

Ante la ruindad o la feria de la usura de la bolsa de las monedas en el Wal l Street, cuando esta se vacía por las alcantarillas, el poema nos dice del poeta su manera de asumir la vida sin los apremios de la pérdida, de lo que no se ha tenido y sin envidias, sabe que lo que posee es suficiente; un modesto coche, donde pasar los días y algo que yantar:

Y a la orilla del Tormes
desayuno tranquilo,
mientras se derrumba
Wall Street.

Así llegamos a entender, una vez más, que el poema no es solo contenido para transfigurar la realidad, los olmos en perales; ni quedarnos girando en conciencia alrededor de nuestro ombligo, es conculcar conciencias adormecidas entre un antropocentrismo del yo no solidario ante las vicisitudes de nuestro congénere universal: el emigrante por mil motivos, el perseguido por el hambre, el desamparado de los infortunios de países asolados, de hogares destruidos, de personas caídas en desgracia. El poema se torna en dedo señalante, dedo en la llaga de Lázaro, en la gangrena de Merejo:

No decir el color de tu piel. Decir que las hambres
te gritan desde que naciste; decir que tu foto no sale
en las páginas sociales; decir que el día te hizo cauto
y que la noche y sus rapaces están ahí para devorarte.

Fiera brava esa de la inconciencia. Es allí donde aparece el gladiador de las palabras que redoblan su grito de alerta con la prédica del alba, sonoro trompetazo. Así como diría Walt Whitman: “Con alta voz en los pinos y en los cedros umbríos, / con clara voz en la húmeda frescura y en el perfume del pantano.” Este, predicando la democracia y aupándola; y Alencart fustigando contra la injusticia, blandiendo el pendón de la solidaridad por los que no tienen alientos para decir ¡Presente! Y es ante la ausencia del padre, tomado de la realidad para configurar en metáfora que trina un asunto acaecido desde tantos siglos, esa orfandad de los afectos, porque:

Perder un padre es perder un imán.
… … … … … … … … … … … … … … … …

Perder un padre
es perder
una luz que no tiene
principio ni fin.

Evocar el perro de Ulises nos trae la odisea de la vida, en cada hombre que sale a la aventura “Sobre los pies ligeros / como la nave al viento / vamos a la aventura…” como diría León de Greiff, el poeta Vikingo-amestizado de América (otro que como Borges no mereció el Baloto literario y no por ello menos universales). Así Alencart, experimentado caminante, trata de convencer al perro del abuelo: el poema nos ubica en ese sentimiento al calor de un viejo guardián de lengua cálida y nariz fría.

Ayer llegué
a la entrada del pueblo,
pero el perro
no me deja pasar,

aunque
le muestre ternura
o la foto del abuelo
que era de aquí.

Es la vida discurriendo, de igual manera, en el “Uno no se amaña sino en donde no está.” en versión de Baudelaire. La vida es esa trashumancia del hombre en su destino del rodar y rodar como en la canción de José Alfredo Jiménez.

Alencart nos ofrece una sentencia para aligerar nuestros lastres:

Ser honesto
es la debilidad
que te hace fuerte.

¿No era este empeño lo que hizo, en su alto concepto, de la honestidad el cabalgante Hidalgo de las estepas castellanas? Honesta locura y cordura honesta en la vida para la heredad.

En los poemas de Alencart se cruza la poesía desde la mirada solidaria por el menesteroso, desde no escatimar un esfuerzo, por pequeño que sea, para propiciar una mano de bondad más allá de la sola intensión y dar una gota de ayuda en el desierto de los olvidados, de esos que quizá ya no tengan a nadie ni nada, ese que hasta la esperanza se le salió de la caja de Pandora. Es entonces cuando desde el poema sale una voz:

Vale tratar de ayudar:
es preferible.

Por último, llega en esta antología, de tono sagrado, con olor a mística del servicio en la predica del buen hacer, selección esculcada de entre tantos poemas que hoy circulan por el mundo, llenando el vacío de poetas de que hablara Pablo VI en una de sus encíclicas, para recalcar con el gran texto sagrado en un versículo de uno de sus libros sapiensales: “Si tienes mucho da mucho, Si tienes poco, da poco, pero da”. No otro asunto señala el antologista en esta selección afortunada:

Que la verdad vaya delante de ti
y que el fuego no queme tu corazón
si por la boca predicas justicia
con hechos que todos observan.

***

Capítulo aparte merecen las ilustraciones, pues se requiere de armonía para complementar un conjunto donde el símbolo cumple con la idea representada y diga algo más. No en balde las narraciones empezaron por los ideogramas, los jeroglíficos, diagramas cosmológicos, pues cada uno de ellos son representaciones en extenso que condensan ideas a la manera de metáforas, según afirmaba el mismo Borges.

Así que tenemos el circulo como elemento universal: la mándala, el timón, la telaraña, el laberinto, el ojo, las monedas, la boca de alguna vasija, la familia cómo núcleo aun faltando el padre o quien asuma tal rol. Igualmente los números presentan otro discurso como lo es el caso de las dos botas, las tres, el hexágono como símbolo a su vez de comunidad obrera, en el caso de las celdas de las abejas como espejo, abre las ilustraciones con un colibrí y cierra igual.

La verticalidad de las torres siempre señalan espiritualidad.

El ave preparada allí como símbolo de ágape, puede ser cualquier gallinácea.

El perro, las arañas, la luciérnaga, el colibrí. El corazón y el fuego, y hasta un bigote allí camuflado en una vasija tiene su relato consciente o inconsciente para narrar desde los colores y las formas el reflejo de las palabras como espejo, semiótica de los imaginarios.

La poesía aunada entre las imágenes y las palabras representadas en actitudes y sentimientos.

En definitiva, estamos ante una antología donde se percibe la bondad, el carácter, la verdad, el deseo de justicia y la necesidad de mayor solidaridad. Un breviario para la convivencia es el conjunto.

 

Datos de la obra y autores 

Pérez Alencart, Alfredo. Según voy de camino. Antología poética multilingüe (español, chino –por Huaping Han; bengalí, por Mainak Adak; griego por María Koutentaki; e inglés por José Ben Kotel, con revisión de Gretchen Abernathy). Hebel Ediciones (2016). Págs.78 Ilustraciones de Luis Cabrera Hernández.

Alfredo Pérez Alencart (Puerto Maldonado, Perú, 1962). Poeta peruano-español y profesor de la Universidad de Salamanca. Ha recibido el Premio Internacional de Poesía “Medalla Vicente Gerbasi” (Venezuela, 2009), el Premio de Poesía “Jorge Guillén” (España, 2012) y el Premio “Umberto Peregrino” (Brasil, 2015), entre otros. Ha sido traducido a más de veinte idiomas.

Luis Cabrera Hernández (La Habana, 1956). Artista plástico cubano-español, profesor de la Escuela de Grabado y Diseño Gráfico de la Real Casa de la Moneda. Ha realizado una treintena de muestras individuales y expuesto en múltiples eventos internacionales. Sus obras están en colecciones de Alemania, Cuba, Estados Unidos, España, Taiwán y Tailandia

Enlace para descarga libre de la Antología: http://bit.ly/2aKJMdh

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