Andrés Layos, vivir y crear entre la luz y la oscuridad

Andrés Layos es un artista poco común. Queriendo sentirse libre e independiente del mundo artístico y de sus reglas, encuentra un equilibro gracias al dibujo, la escultura y la pintura.

 

Gran observador de la vida de los demás, Andrés examina durante horas, cual si fuera un investigador, los comportamientos humanos en las calles para luego retratarlos en un dibujo, siempre en blanco y negro. Rechaza el color. La disciplina le impone paciencia y le ofrece tranquilidad. La escultura le permite una fusión con la materia, al contrario de la pintura con la cual logra «liberarse de (sus) demonios interiores» como en una catarsis. En su trabajo titulado «Cerdo de muerte» aparecen bajo las características de la anatomía de una cara, un monstruo. ¿Quizás lo que cada uno esconde?

 

Los trabajos de Andrés Layos abordan el humano con un humor negro a veces subversivo como sus dibujos llenos de cucarachas. Animales repulsivos, las cucarachas simbolizan la molestia, el desorden, la pobreza y las epidemias. Sin embargo muchas culturas las consideran una protección, un espíritu nacional; un mentor de la capacidad de adaptación heroica a todas las situaciones y circunstancias difíciles. Andrés Layos encuentra en este insecto un reflejo de su vida personal entre muerte y vida.

 

El cambio emocional guía a Andrés con una nueva serie de cuerpos, realistas pero incompletos como amputados. Despu´Es de un momento doloroso en su vida, Andr´Es sent´Ia la necesidad de desaparecer gráficamente y de volver a construirse. Nace así la serie «Transmutaciones». Andrés se autorretrata, acostado, para volver a habitar un espacio de paz y tranquilidad. «Polvo eres y polvo volverás» (Génesis 3:19) llama a la transformación en sí. Él decide extender este proceso a otros cuerpos para tratar, a través de una análisis visual y psicológica, ahondar en la complejidad del renacer. Estos cuerpos dibujados están intervenidos. Una parte de ellos, la cara o los brazos son inexistentes solo la ropa queda como prueba de su existencia. Andrés los resucita gracias a la escultura, aunque de manera parcial, envueltos en polvo. ¿Carga o protección? Se puede tocar los huesos de estos cuerpos imaginarios transmutados.

 

La dualidad entre vida y muerte acompaña a Andrés Layos. Su último proyecto «Creciendo juntos» realizado con una cómplice, su hija Valentina, propone un dialogo entre un Ser en formación y un Ser formado. Juntos componen un dibujo creando así su propia realidad. Esta experiencia familiar vivida como un patrimonio íntimo tiene una conexión con cualquier persona y en particular con quien tiene hijos. El equilibro entre la luz y la oscuridad hace eco en cada humano y las anécdotas multicolores de Andrés y Valentina se vuelven nuestras. «Creciendo juntos» es la expresión de la dualidad creativa, de la unión en la diferencia y la alianza de dos libertades.

 

En fin, el trabajo artístico de Andrés Layos revela que cada historia tiene dos versiones cuya dualidad es gobernada por el equilibro entre la luz y la oscuridad.