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Luis Cabrera
Photo by: Luis Cabrera ©

ANALOGÓN:La trascendencia del ensayo fotográfico y su incidencia en los cambios sociales

Desde la publicación de los trabajos fotográficos de Jacob Riis sobre las condiciones deplorables en que vivían los inmigrantes en New York titulado “How the other half lives” o “Cómo vive la otra mitad” (1890); así como el ensayo de Lewis Hine en el que hizo un registro importante de las condiciones laborales de los menores de edad en ciudades de la costa este de EE.UU entre 1908 y 1924, la fotografía fue considerada una herramienta de denuncia frente a las injusticias.

Ambos fotógrafos son considerados en la actualidad agentes de reformas sociales. En su momento, querían mostrar cotidianidades de grupos que eran ajenas a otros más afortunados. La sensibilización que trajeron consigo estas imágenes, condujo a reformas legales para favorecer a estos grupos marginados, explotados, dada su vulnerabilidad en un entorno donde las diferencias de clases sociales eran muy marcadas. Los cambios no fueron inmediatos, pero llegaron para quedarse.

Jacob Riis era reportero. Lewis Hine, por su parte, era sociólogo y tenían en común el lenguaje visual de la fotografía y el compromiso social. No fueron trabajos de un día, al contrario, se tomaron años en desarrollar un cuerpo de trabajo, cuyos resultados tuvieron incidencia no solo entre los fotógrafos sino en la sociedad. Dejaron un legado.

“Country Doctor” (“Médico rural”) de W. Eugene Smith, es otro trabajo del que también vale la pena hablar. Lo realizó en 1948 a petición de la revista Life. Se trató de un reportaje sobre el recorte de médicos en las comunidades más remotas de los Estados Unidos. Tan bueno fue el resultado que se convirtió en un clásico, en referencia del ensayo fotográfico y la narrativa.

La redacción de Life calculaba que W. Eugene Smith se tardaría entre 10 y 15 días en cumplir aquella pauta. En sus jornadas acompañaba al Dr. Ceriani (su protagonista) día y noche, logrando registrar escenas conmovedoras y otras muy tensas propias de la dinámica de un médico rural. Al final, le tomó 23 días terminarlo porque quería lograr una gran intimidad con el entorno que pudiese mimetizarse con el papel tapiz.

Una variable que tienen en común Jacob Riis, Lewis Hine y W. Eugene Smith es tomarse el tiempo para darle forma a su propuesta, entenderla. Tanta dedicación -y terquedad- se logra apreciar en sus respectivos trabajos.

Es cierto, nuestro momento histórico es distinto, sin embargo, la fotografía -ahora más que nunca- tiene un rol protagónico en la cotidianidad global. Somos una sociedad visual. Esto incide directamente en que cada vez haya menos trabajos fotográficos de mediano y largo plazo. ¿Acaso nos volvimos esclavos de una superflua inmediatez o nuestro compromiso social se acaba en una pauta de un par de horas?

Cuando uno escucha -o lee- los testimonios de los nominados al World Press Photo, reconoce que se trata de distintos tipos de fotoperiodistas, unos son freelance, otros trabajan para agencias internacionales, pero el seguimiento y tratamiento que le dieron a cada acontecimiento fue de semanas, meses y en algunos casos años. En ese lapso se involucraron con el hecho para entenderlo y obtener sus matices.

Las imágenes, texto visual, depósito connotativo, son el canal que nos permite mostrar al espectador esas cotidianidades que quizás le resultan ajenas o distantes. Así, la fotografía trasciende su carácter contemplativo, al punto que lo acerca a esas realidades, recordándole qué tan vulnerables somos frente a cualquier circunstancia. “Dondequiera que la gente se sienta segura (…), sentirá indiferencia”, afirmaba Susan Sontag.


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