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Luis Cabrera
Photo by: Luis Cabrera

ANALOGÓN: NFT y fotografía

Si algo hemos aprendido a lo largo de nuestras vidas es que la tecnología no se detiene. Los avances tecnológicos aparecen en muchas oportunidades para facilitar algunas tareas o para hacer procesos aún más eficientes. Durante estos últimos años hemos venido escuchando de la blockchain, y si bien es cierto que las criptomonedas son el asset más popular, hay uno en particular que podría cambiar la manera en que se percibe la fotografía analógica: los NFT.

Con la fotografía analógica determinar la originalidad de una pieza no era muy complejo, reposaba esa responsabilidad en el negativo, ese artículo único e irrepetible. A partir de ese negativo se reproducían copias, que el fotógrafo autentificaba manualmente.

Una de las particulares críticas a la fotografía digital es cómo garantizar la autenticidad de una imagen, y la manera en que este “activo” se puede comercializar y que se respeten las regalías al autor. Por supuesto, se pueden usar los metadatos para encriptar la información del autor, pero sigue siendo un mecanismo poco eficiente por la fácil reproducción del archivo (imagen fotográfica) ¿Serán los NFT la solución a este dilema?

Los NFT (non fungible token) se pueden traducir como “token no fungible” o “activo no fungible”, se refiere a un activo digital que es único, que no es posible modificar. Una analogía pedagógica sería intentar entender a un NFT como una obra de arte única, por ejemplo, el Miranda en la Carraca de Arturo Michelena, existen varias copias, pero existe solo un original que está autentificado y se encuentra en la Galería de Arte Nacional en Caracas.

Gracias a la tecnología blockchain y los smart contract, cualquier contenido digital puede convertirse en un NFT, es decir, puede dotarse de metadatos que garanticen su autenticidad, identificando al autor, precio inicial, y cada una de las transacciones que ha tenido desde su creación.

Crear un NFT es muy sencillo. Se están abriendo cada vez más plataformas que facilitan su creación y comercialización. Pero, no todo lo que brilla es oro. La mayoría de las plataformas en las que se comercializan estos assets, cobran unas comisiones (gas fee) que debe asumir el autor para poner a la venta su obra. Pagar la comisión y colocar tu pieza a la venta, no es garantía que la vendas. Así que debes asumir un riesgo.

Es necesario poseer una wallet, recomiendan a Metamask por ser una de las más conocidas y trabajar con la red Ethereum. Los pagos, al vender tu obra, los recibirás en la criptomoneda Ethereum (ETH).

Para el caso de Venezuela, tenemos algunas restricciones, OpenSea, una de las plataformas más concurridas para NFT nos tiene bloqueados. Pero existen espacios como Mintable, Rarible, o DoinGud en los que sí podemos incorporarnos a este espacio en desarrollo.

Este es un entorno en pleno crecimiento, que se está desarrollando sobre la marcha de las necesidades y condiciones del mercado, por lo que hay que documentarse semana tras semana para seguirle la pista a los avances en esta materia.

Es un buen momento para comenzar a investigar sobre este ecosistema fascinante que podría traer grandes ventajas a los fotógrafos, quizás incluso generar un mercado fotográfico con colecciones, series, ensayos, portafolios, que beneficien tanto a los artistas como a los nuevos coleccionistas.


Photo by: Luis Cabrera ©

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