Durante una velada entre amistades, donde además de la empatía también nos une una singular afinidad por las artes y la fotografía, comentábamos sobre esa propiedad que tiene la fotografía de mover fibras sensibles y si esto estaba mermando.
Una de las asistentes, a quien admiro y respeto profundamente, afirmaba que recientemente vio una exposición de fotografías en blanco y negro y sintió que estaba viendo más de lo mismo. Es totalmente válido, desde la subjetividad misma.
Unos días después, transitando por las calles del Casco Histórico de Valencia, me detengo en una tienda de libros de segunda mano, y encuentro un libro de fotografía de Gert Lindner titulado Fotografía para Todos, de 1973. No dudé en llevármelo a casa.
Al comenzar la lectura, me encuentro con una reflexión de una validez y vigencia abrumadora, considerando que fue realizada hace más de 40 años. Lindner afirma que:
“La universalidad de expresión de la fotografía es asombrosa. ¡Vano esfuerzo pretender abarcarla! La fotografía va encontrando constantemente nuevas formas de expresión y posibilidades siempre distintas de su aplicación prosaica y utilitaria.
Todo empieza con la fotografía como noticia e ilustración: el hombre, ser dotado de ojos, prefiere la imagen a cualquier palabra, hablada o escrita”.
Si me hubiesen dicho que esta reflexión fue escrita ayer, no tendría por qué dudarlo. La fotografía no ha perdido vigencia, busca reinventarse para adaptarse a los tiempos que le toca estar a disposición de las sociedades.
Nos encontramos en un momento histórico bien importante para el arte contemporáneo, donde ciertas propuestas parecen estar agotadas y se están explorando unas nuevas. La fotografía no escapa de este escenario.
La historia nos ha enseñado que cada vez que llega un cambio en lo artístico, hay un grupo que genera cierta resistencia, en algunas oportunidades desprestigiando lo técnico, lo filosófico detrás de la naciente propuesta, y los códigos a través de los que se manifiesta a su incrédula audiencia. Así que no hay que sorprenderse.
La fotografía no ha dejado de cambiar y evolucionar, permitiéndole a las sociedades tener una herramienta al alcance de muchos para satisfacer la gran variedad de usos que pueda tener, desde lo científico, a lo antropológico, a lo informativo, a lo contemplativo, y por qué no, a lo lúdico. Hay espacio para todos.
Photo by: Luis Cabrera ©