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Luis Cabrera
Photo by: Luis Cabrera ©

ANALOGÓN: Ausencias fotográficas

Desde el momento previo a abrir el obturador de la cámara y permitirle el paso a la luz, se comienza a gestar un proceso técnico, artístico, codificado. Cada encuadre encierra elementos compositivos, denotativos y connotativos, un sistema de códigos visuales a través del cual el autor tiene la oportunidad de contar, informar o invitar a contemplar.

El fotógrafo español Aitor Ortiz señala que “respecto a la parte cognitiva, una fotografía funciona como una ventana abierta a nuestra mente, de tal manera que a partir de lo estrictamente mostrado en la imagen cada uno de nosotros reconstruimos la imagen indexando nuestros propios recuerdos y experiencias completando la escena.” Por lo que, a pesar de la intención del mensaje que quiere llevar el autor de la imagen fotográfica, termina siendo el espectador quien decodifica los elementos y los interpreta a través de su indeleble subjetividad. 

Leer una fotografía es un ejercicio particular. No existe una fórmula única. Hay distintos métodos, algunos sencillos y prácticos, otros muy rigurosos. La imagen fotográfica en sí es un elemento con múltiples capas de lectura, donde puede tener tanta importancia lo que está contenido en el encuadre como lo ausente.

La fotografía de una habitación vacía nos habla de una ausencia y la búsqueda que hacemos de elementos alrededor de ese espacio en la imagen es para intentar identificar al ausente, al individuo que está fuera del encuadre y el motivo de su ausencia deliberada por parte del fotógrafo. 

Y es que esas ausencias – para hacer una analogía – tienen su símil en la literatura y la música con los silencios. Le brindan a la experiencia un descanso, logran acentuar, o nos provocan una llamada de atención abrupta. 

Es de gran ayuda la interpretación que le otorga el escritor José Ovejero cuando afirma que “El silencio no solo oculta, también llama la atención sobre aquello de lo que no se habla, con lo que lo ausente o silenciado se vuelve tolerantemente presente. Callar es una manera de subrayar.”


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