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Gustavo Gac-Artigas

Algún día

Algún día regresaremos a la normalidad, suspiran los ciudadanos del mundo entero, aunque la normalidad sea anormal para tantos. Tu normalidad no es la mía, ni mi normalidad es la tuya, sin embargo, este año la peste nos robó la normalidad y nunca más regresaremos a la normalidad.

Algún día recuperaremos el tiempo perdido aún así nos tengamos que aventurar a comer una madeleine rancia, aunque tengamos que pagar de nuestro bolsillo el tiempo transcurrido, aunque tengamos que batirnos contra un enemigo invisible, aunque tengamos que escarbar en el cementerio de los recuerdos aquel que podría revivirnos.

Algún día recuperaremos las imágenes desaparecidas: una calle sin pavimentar cuyo polvo oculta sus límites, un techo de tejas rojas que hacen el amor sobre nuestras cabezas; algún día comeremos el plato que nos regresará a nuestra infancia cuando corríamos pensando que el mundo nos pertenecía.

Algún día existiremos nuevamente. No será en la misma vida, será en una nueva existencia, esa amante desconocida que nos abre sus brazos y sus labios para devorarnos. 

Algún día daremos vuelta a nuestra cabeza para mirar el pasado convirtiéndonos en estatuas de sal; algún día regresaremos a nuestras prisiones esposados por nuestros prejuicios, regresaremos al encierro por haber condenado el amor ilícito, el verdadero amor.

Algún día intentaremos escapar del vacío, del tiempo que se escurre en nuestros pensamientos, en los libros no escritos, en los poemas sin destinatario, en la palabra vacía de sentido, aquella que quedó atrapada entre dos mundos.

Algún día escribiremos una carta de amor que termine con un “te amo” y no con un “cuídate”.

Vivimos tiempos suspendidos, tiempos inexistentes, tiempos desechables que se viven solamente con la esperanza de decir: algún día…, ese día que se perdió en el tiempo y la memoria.

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