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Alberto Ferreras

Alberto Ferreras: el mundo no es nunca blanco o negro

NUEVA YORK: La curiosidad es el gran motor de su vida. Insaciable, incansable, es su deseo de escudriñar al mundo y descubrir lo que hay detrás de las apariencias.

Alberto Ferreras, escritor, guionista, dramaturgo, director de cine, teatro y televisión, es sobre todo un gran observador. Con la fingida indiferencia de un gato, percibe hasta el más mínimo detalle de su entorno y en cada persona lee una historia.

No juzga, no divide el mundo entre buenos y malos y mucho menos ama los héroes o las heroínas, sus personajes somos todos nosotros, personas con virtudes y defectos, con sus facetas a veces luminosas a veces oscuras, con sus fragilidades y fortalezas.

Con la escritura, en un escenario o detrás de una cámara, Alberto Ferreras logra superar las barreras de la desconfianza, de los miedos y vergüenzas, y, casi como si estuvieran en un diván de psicoanalista en lugar que frente a las cámaras o a un grabador, las personas hablan y cuentan de sí mismas, dicen cosas que han tenido guardadas mucho tiempo, sacan a relucir dolores y nostalgias, alegrías y anhelos.

Sus historias se transforman en las historias de todos y un drama individual se vuelve una vivencia colectiva.

Alberto Ferreras, originario de Venezuela, llegó a Estados Unidos en los años ’90 para cursar un postgrado en Televisión. “Eran los años en los cuales empezaba a aparecer la televisión en alta definición y no había mejor lugar que aquí para estudiar esa nueva tecnología”.

Llegó en un momento en el cual los latinos que vivían en el país hablaban sobre todo en inglés y aspiraban a trabajar en los media norteamericanos. Univisión y Telemundo necesitaban a buenos realizadores con un perfecto dominio del español y Ferreras era el candidato justo.

El primer trabajo lo desarrolló como libretista para la conocida Daisy Fuentes quien conducía un programa en MTV dirigido al mercado latinoamericano.

De allí pasó a HBO donde trabajó antes en un programa en español, luego en otros en inglés y finalmente en HBO latino. Nace en esos años la exitosa serie Habla. La primera de las trece ediciones salió en 2003, la última se llama Habla men.

En esos años mi trabajo era hacer campañas para promocionar las películas, las series etc. y se me ocurrió hacer Habla como campaña de imagen del canal. Había observado que, en esa época, no aparecían los latinos en la televisión porque la mayoría del material llegaba enlatado de los países latinoamericanos. Y, además, aquí los latinos hablaban el spanglish, una mezcla entre los dos idiomas que era el reflejo de una cultura que surgía de la fusión de otras dos, una cultura muy difusa pero también profundamente ignorada”.

Alberto con su innata empatía con los otros seres humanos rescató el spanglish como forma de comunicación, transformó lo que habían vivido como una vergüenza en un valor agregado y dejó a las personas expresarse sin miedo y sin penas.

“Lo importante era lo que contaban no como lo contaban”. Habla en pocos años se ha ido transformando en un espacio de mucho éxito, un espacio donde cada participante encontró un lugar donde compartir sus historias, sus vivencias, sus sueños y sus dramas. Las personas son las únicas protagonistas, la cámara está fija en cada una de ellas, detalla sus miradas, sus rostros, sus expresiones, no hay grandes escenarios ni elaborados maquillajes. Un ser humano frente a una cámara, una historia, una experiencia única en la cual muchos se sientes identificados. No hay jueces ni juicios, frente a esa cámara todos son igualmente importantes.

Decenas de vidas, pasados difíciles, experiencias felices. Todo allí, dentro de una cámara encuadrando a un rostro, una sonrisa, unas lágrimas.

Habla ha “viajado” en distintas ciudades de Estados Unidos capturando personajes interesantes, gente famosa y ciudadanos comunes, en Los Ángeles, Miami, Chicago, San Antonio, Austin etc.

Una serie ha sido dedicada a Habla mujer y la última a Habla hombre. Todas, absolutamente todas, nos ponen en contacto con la vida en sus múltiples facetas, nos hablan de las dificultades, los deseos, los éxitos de la cotidianidad reflejada en multitud de rostros.

“Aprendí mucho mientras grababa Habla – confiesa Alberto Ferreras – Aprendí a escuchar con respeto. Las personas me contaban historias muy importantes, sabían que yo no las manipulaba y no las juzgaba. Gracias a ellas aprendí que el mundo no es nunca blanco o negro y que, cuando entrevistas a alguien, nunca tienes que ir con un preconcepto o un cliché.

Lo comprobé cuando hice un corto documental muy controversial. El título es Bigger y narra la historia de un grupo de hombres, en su mayoría gays, que se inyectan silicona en los genitales para agrandarlos. Entrevisté a uno de ellos, y una vez más pude constatar que las personas nunca son como tu te imaginas, que el ser humano es mucho más complejo.

Cuando fuimos a casa de mi protagonista para filmarlo en su cotidianidad, descubrí que reciclaba la basura. Ese hombre que se inyectaba silicona en el pene, hacía pornografía, ese señor que el 99 por ciento de la población considera un diablo loco y peligroso, en su vida cotidiana siente un respeto hacia la naturaleza y recicla la basura”.

Ferreras ha escrito también la versión en español de la canción “What it feels like for a Girl” (Lo que siente la mujer) para Madonna quien la incluyó en su exitoso Drowned World Tour.

En 2005, tras 15 años trabajando en corporaciones, Alberto decide apostar a su talento y se toma un año sabático para escribir una telenovela: B como bella.

Pero, como la protagonista es una joven gordita, los productores le dicen que no es posible filmar una telenovela con una actriz gordita. No las hay.

“Una amiga me habló de una editora de Warner Books que estaba buscando historias sobre latinas y le envié dos capítulos del libreto y una sinopsis del libro que podía escribir a partir de esa historia. Le gustó tanto que lo compró antes que lo escribiera”.

Nace así la novela B de bella, en inglés B as in beauty y en italiano Una favola a Manhattan.

Una novela que se lee de un tirón, que no dejamos hasta terminarla y que es divertida y profunda a la vez. B de bella, en sus tres idiomas, español, inglés e italiano, ha tenido un merecido éxito de público y de crítica y ha recibido el premio International Latino Book Award, category Best Popular Fiction-English.

B una muchacha quien vive arrinconada por los cliché impuestos por una sociedad de mujeres esqueléticas, transita un camino insólito para reconciliarse con su cuerpo.

“La novela nace a raíz de una historia real. Una amiga, gordita pero, contrariamente a mi protagonista, muy contenta de sus curvas, se dirige a una de esas oficinas donde te ayudan a preparar la declaración de impuestos. La atiende una señora rusa quien, tras estudiarla de pies a cabeza, le dice que con esas curvas podría ganar mucho más de lo que está ganando.

Partiendo de ese pretexto construí la historia imaginando a una mujer para la cual un encuentro de ese tipo podría tener sentido debido a la coyuntura que está viviendo. Bella es una mujer que no encaja con los cliché de belleza que nos imponen la moda, la publicidad, la televisión. Pero en el fondo todos tenemos el problema de la aceptación de nosotros mismos. Los cliché pesan sobre todos nosotros”.

Pero el libro de Ferreras va mucho más allá de las vivencias de Bella, en realidad nos habla de las fragilidades humanas, nos sorprende con personajes quienes, rompiendo esquemas, salen de sus mismos cliché para mostrarnos sus lados más vulnerables, esos que pueden aflorar únicamente frente a una desconocida, a alguien cuyo “trabajo” es entender sin preguntar.

Una vez más Ferreras no juzga, no busca mitos sino realidades, consciente más que nunca que los verdaderos héroes son los que son capaces de ver sus limitaciones y aceptarlas, ver sus imperfecciones y amarlas.

Quizás por eso mismo el libro de Ferreras llega hondo, nos divierte y enternece, nos habla de nuestros miedos y nuestras frustraciones, nos recuerda que la imperfección es una característica común y que lo mejor es sobrellevarla con una sonrisa.

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