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Juan eduardo fernández

Ahorro energético

CARACAS: Sabe usted amigo lector que “El Niño” está haciendo estragos en todo el planeta y por supuesto Venezuela no es la excepción. Mucha gente está protestando, pues no considera que ahorrar los recursos a estas alturas del partido vaya a cambiar algo; pero yo no soy como esa gente, yo creo firmemente en el ahorro de energía, es más, que yo recuerde siempre he ahorrado energía, incluso desde niño.

Cuando en el colegio me tocaba trotar o practicar algún deporte en educación física, fingía una lesión o un desmayo; pero no por flojera, era para ahorrar la poquita energía que tenía en mi cuerpito, y bueno para que no se desgastaran tan rápido las suelas de mis zapatos deportivos.

He de confesar que a veces me hacía el enfermo algún día de la semana para no ir a la escuela, pero no porque fuese un flojo ni mucho menos, sino para ahorrar las neuronas pues como todo el mundo sabe, estas se gastan y no se regeneran.

Ya un poco más crecido cuando me gustaba una chica y quería cortejarla, lo primero que preguntaba era dónde vivía. Si la chica vivía lejos, por mucho que me gustara, la dejaba pasar, pues, así me ahorraba el traslado hasta su casa cuando tenía que visitarla.

La única vez que me busqué una novia lejos de mi casa, fue porque la chica primero fue mi amiga y me caía (y todavía me cae) súper bien. Pero no solo por eso sino porque es mitad judía, así que yo pensé “Juanette, esta es la tuya, pues esta gente es muy próspera porque ha practicado por generaciones la filosofía del ahorro”, así que decidí casarme con ella… pero el tiempo me demostró que en el caso de mi esposa, la mitad judía fue derrotada por la otra mitad, pues eso de ahorrar no va con ella, pero esto se lo cuento mejor en otra columna (si es que mi esposa me deja vivo después de leer esta).

Volviendo al tema del ahorro energético, yo aplaudo la medida de trabajar solo dos días a la semana, porque uno se ahorra el pasaje, la comida e incluso el agua (porque si no vamos a salir, para que bañarse ¿verdad?), aunque como dice el colega humorista Coco Sanchez: “¿por qué tiene que ser un lunes, cuando los domingos uno llega cansado de la playa, sale a comer o va de paseo?”, concuerdo con Coco, lo mejor sería que se trabajara solo martes y miércoles (ojalá alguien pueda hacer llegar el mensaje a quienes deciden esto).

Bueno, por lo pronto les voy a dejar algunos consejos para contribuir con el ahorro energético:

– Teletrabaje

El teletrabajo es una nueva corriente que consiste en trabajar desde casa, en pijamas, pantuflas y frente al televisor (por eso se llama teletrabajar). Con el teletrabajo usted ahorra agua (porque no se baña), luz (porque no se seca el pelo), y comida… bueno comida no, pues como está en casa y viendo sus programas favoritos mientras trabaja, le da hambre, y se come hasta el pan duro.

– Restrinja el uso de electrodomésticos

Lo primero que tiene que hacer al levantarse es abrir la nevera y sacar absolutamente todo lo que se va a comer en el día, así evita abrir “el refri” varias veces, ahorrando de esta manera electricidad. Apagando y prendiendo el TV a cada rato se gasta mucha energía; por eso lo mejor es prenderlo cuando se levante y apagarlo cuando usted se acueste.

Con estos sencillos consejos, seguramente ni la economía del país ni la de usted mejoren, pero sí salvará al planeta.

Nota: disculpe que esta columna sea un poco corta, pero también debemos ser razonables con el uso de las letras.


Photo Credits: paolo mutti

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