Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!

ABSOLUT BK – Retrato #4

Slushy Souls: La cama se ha convertido en un oceáno de textiles, sumergida en él, el invierno revienta contra mí. Me arrastra hacia las profundidades árticas de mi mente, donde la falta de luz me convierte en un lobo que corre detrás de cualquier recuerdo del verano, del trópico, que cree en la marmota, que sabe que el vórtice polar fue peor, pero sin embargo, ese lobo gusta de deambular bajo la nieve. El instinto de supervivencia es algo que usamos cuando nos encontramos en situaciones difíciles o cuando los medios nos acosan con la noticia de que la SUPERSTORM, THE BLIZZARD2015 It’s coming! La peor tormenta de nieve que caerá sobre Brooklyn desde el sigo XIX, por favor tomen sus precauciones. Par de horas después, el servicio de transporte público será suspendido a las 11pm, viajen seguros a casa, resguárdense. Y sale el gobernador, cualquier vehículo que este transitando después de las 11pm recibirá una multa, el BAN! Recibes llamadas de tus familiares, que no salgas, preguntan si tienes comida, si tienes linterna, velas, radio, señal en el teléfono. En fin, decides ir al auto mercado (que está a 20 pasos de casa) en caso de que no abra mañana si amanecemos con las 30 pulgadas de nieve y en estado de emergencia. Son las 8pm y el auto mercado está lleno, la gente compra variedad de cosas, están las madres de familia con sus 3 hijos y un carrito full de latas, leche, cereal, pan, pollo, carne, chips, papel higiénico, litros de refresco y cualquier antojo de sus pequeños que será rechazado al llegar a la cashier; luego la joven soltera que lleva ramos de Kale, porque pase lo que pase necesita vencer el blizzard con su green smothie, leche de soya, pan, chips salsa, fruta cortada (obvio, para los smothies), lechuga, tomate, entre otros alimentos y por último el joven soltero que en una cesta lleva pan, queso, jamón, chips y en su otra mano lleva un six pack de Sierra Nevada. Las estanterías del pan y el Kale estaban casi vacías, hice un chiste cruel que ahora no nos corresponde contar antes de dirigirme a la caja a pagar por mis compras, no tan nerviosas, ya que de todas formas me estaba quedando sin comida. Al dirigirme a otra tienda, se me acerca una piel de oso ambulante y su acompañante, me dicen que irán al 3DD, que esa tormenta “ it’s just bullshit, because the governor fucked it up the other year, lets hang out, see you at the 3DD”, pues porqué no, si la tormenta inicia a las 11pm y estoy a pasos de mi casa, un hot toddy no me caería nada mal. Dejé el mercado y fui por mi hot toddy. El bar como era de esperarse estaba lleno de gente y de perros con abrigos y botitas, no cerrarían, y creo que ningún bar en NYC cerró, si es el fin del mundo, pues moriremos con los bolsillos llenos de propinas y el cuerpo embriagado, y si no lo es, it will be a night to remember. Entre tantas conversaciones, tuvimos la gran idea de convocar a una guerra de bolas de nieve para el día siguiente. Definimos las reglas, el territorio, los capitanes, el lugar de encuentro y la hora, claro que esta planificación duró como 3 horas y era una producción de grandes proporciones. La tarde siguiente éramos 6 personas desenfrenadas atacándonos en el María Hernández Park, corríamos unos detrás de otros con las manos entumecidas de cargar las snowballs, vi rajas de culo que no quería ver, eso es lo que pasa cuando eres la única chica del grupo, reímos mucho por unos 15 minutos, hasta que el menos en forma de los 6, con el aliento entrecortado sugirió ir de vuelta al 3DD. Mientras tanto, los niños hacían lo mismo alrededor, además de los típicos muñecos de nieve o tótems, las familias se tomaban fotos junto a la nieve, quizás sería su primer invierno, una ardilla escarbaba la nieve, los perros dejaban sus trazos de orine a lo Pollock. No ocurrió ninguna catástrofe en Brooklyn, la ciudad volvió a moverse como de costumbre, miles de personas tuvieron el día libre y lo disfrutaron como quisieron. Las tiendas de alimentos y los bares hicieron su agosto. Yo caminé por el medio de las calles en medio de la tormenta que no llegó a ser Blizzard, no me dejé arrastrar por el invierno pero formé parte de él, aunque el slush sigue ahí recordándonos el aftermath. The wolf keeps howling. 

Hey you,
¿nos brindas un café?